Cuernavaca.— El día que le diagnosticaron cáncer de mama sus pensamientos fueron invadidos por la imagen de la muerte. Fue una sensación muy fuerte que vulneró sus emociones y se echó a llorar. La sicóloga Karina Durán la vio desahogarse y se mantuvo a su lado hasta que Catalina cesó su angustia.

Al otro día, Catalina, quien en ese momento tenía 48 años, habló con su hijo de 17: “Mira, hijo, por lo que me llegue a pasar tú no te detengas, sigue adelante, estudia (...) Vas a tener familia y recuerda que en algún momento debes impulsar a tu mujer a que se explore, se revise”, aconsejó una mujer oriunda del poblado indígena de Ocotepec, norte de Cuernavaca.

Su hijo, el menor de tres, lloró con ella, pero Catalina levantó sus ánimos cuando le dijo que haría todo lo que estuviera en sus manos para seguir estando a su lado.

Así lo hizo y al otro día acudió al Centro de Atención para la Salud de la Mujer (Capasam) para comenzar su tratamiento, el cual incluyó la extirpación del seno, quimioterapias y radiaciones.

Todo su esfuerzo y dedicación para atender su enfermedad lograron salvar su vida, retomar sus actividades e incorporarse como voluntaria en el programa de detección temprana del cáncer de mama en Morelos.

Catalina viaja con el equipo del sector Salud a los sitios donde instalan las unidades móviles y habla de su experiencia con la enfermedad.

La mujer tiene ahora 50 años, un matrimonio de 27 y tres hijos de 26, 25 y 19 años, quienes la ayudaron a sortear este capítulo de su vida.

Catalina asegura que existe una falta de cultura para tratar con los pacientes con senos extirpados.

Ella, dice, podría caminar sin ningún relleno porque ya se acostumbró, pero hay pacientes que no lo ven así, lo ven raro o dicen: “Cómo voy a andar sin blusero. Todavía hay gente a quienes les parece muy grotesco”, afirma.

A la pregunta de que si considera que los programas de autoexploración deben ser mas fuertes. Catalina responde: “Hay más información, también campañas, pero todavía hay gente que se rehusa a hacerse los estudios, que alguien las toque. Hay gente muy reservada, incrédula”.

Respecto a cómo se les puede decir a las mujeres que viven en pueblos que se ayuden, la mujer comenta que “hay hombres muy machistas que les dicen: ‘Cómo te va a ver o tocar otro hombre’. Hay mujeres que le hacen caso a sus maridos. Que traigan a sus esposos, aquí nunca han impedido que pasen los acompañantes.

La entrevista es acompañada por la sicóloga Karina Durán, responsable de apoyar a los pacientes con cáncer de mama y con casi cuatro años de trabajar en el Capasam.

La especialista dice que cada caso es particular, pero que todos los pacientes son sensibles porque las noticias son muy fuertes y están asociadas a la idea de la muerte.

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