Cajeme.- Ante la sequía extrema que se padece en Cajeme y el Valle del Yaqui, este domingo la feligresía católica implorará a Dios para que mande lluvias.

La manifestación de fe se llevará a cabo este domingo 12 de junio a las 10:00 horas en el mirador de la presa Álvaro Obregón conocida como “El Oviachic”.

La misa será oficiada por Monseñor Felipe Pozos Lorenzini quien hace un llamado a unirse con el poder de la oración.

“Todos estamos invitados a asistir y unirnos en oración por este don que tanto se necesita”, dice la invitación que circula en redes sociales.

De acuerdo a la información hidrometrías del Organismo de Cuenca Noroeste de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), “El Oviachic” se encuentra al 16.6% de su capacidad.

La falta del vital líquido pone en riesgo el abasto de agua a las actividades agropecuarias y al consumo humano.

Resurge pueblo inundado en la década de los 50’s

Los niveles de embalses son tan bajos que han hecho resurgir el inundado pueblo en los años 50’s, el Buenavista Viejo.

La sequía ha descubierto los escombros de la iglesia San Carlos Borromeo y un panteón. La tragedia también ha atraído a turistas.

Algunos son visitantes que van a recordar a sus ancestros o conocer lo que se les transmitió por otras generaciones.

De acuerdo a un relato de José Carlos Coronado Rodríguez, en el año de 1617 fue fundado el pueblo de San Carlos de Buenavista, por los misioneros que fueron enviados a la región noroeste del país.

Una mañana del 16 de noviembre de 1946, se leyó en los terrenos de “El Oviáchic”, la autorización para la construcción de la presa Álvaro Obregón sobre el Río Yaqui.

 

Hasta entonces, Buenavista despertó ante impresionante construcción, pues llegaron miles de trabajadores entre obreros, ingenieros, comerciantes, ladrilleros, restauranteros, etc., revelando que los días de la comunidad estaban contados, junto con otras rancherías como San Isidro, La Estancia, Tres cerritos, Los carrizos, El Disparate y también el pueblo de Cumuripa.

La fecha fatal llegó para el pueblo de Buenavista, el 24 de junio de 1952 evacuaron al pueblo viejo, lo arrancaron de sus raíces, los viejos no creían que fueran a taponear el rio, tan caudaloso e imbatible por siglos de cauce.

Algunos lugareños fueron avisados de la inundación y desalojo y rompieron a llorar. Muchas personas mayores fueron incrédulas, no querían dejar sus puercos y gallinas, mucho menos sus hatos ganaderos.

Quedaron las talegas de monedas enterradas en los pisos de las casas, no valieron ruegos ni oraciones para que les dispensaran su pueblo.

La decisión fue contundente, recojan únicamente ropa, tendidos y trastes, los automóviles de redilas pasaran a recogerlos para llevarlos al nuevo poblado construido a un kilómetro y medio al sur de la cortina.

Guadalupe Coronado Limón y su esposa Leonarda Villegas Figueroa fueron los últimos en salir acompañados de sus hijos y la vaca “Robustiana”.

El pueblo de Buenavista fue sacrificado para darle aún más brillo y desarrollo al Valle del Yaqui, pues de la superficie de 60 mil hectáreas se incrementaría a 370 mil.

Ello trajo una detonación sin precedentes para el valle del Yaqui, que incluye los municipios de Bacum, Benito Juárez, Cajeme y San Ignacio Río Muerto.

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No así para los comuneros de Buenavista, que todavía siguen en su peregrinar, sin poder todavía lograr lo que por ley se les debió de haber dado, la indemnización de las casi 20,000 hectáreas, que siguen pendientes en la actualidad, una gran parte de ellas.

El desarrollo fue fantástico para el sur de Sonora, sólo que se les olvido incluir a todos los pobladores perjudicados por la presa Alvaro Obregón “El Oviáchic”, narró Coronado Rodríguez.

En el mirador de “El Oviachic” también se encuentra el Cristo de la Presa, colocado por los cajemenses en 1999, cuando se vivía una fuerte sequía.

En el 2003 se registró otra sequía extrema. Quienes habitaron ese lugar y sus descendientes pudieron ver cómo se asomaban las tumbas del panteón.

Igual que hace 19 años, ahora también se pueden ver los escombros de la iglesia, la escuela y el panteón. La tragedia regresa la nostalgia del pueblo Buenavista Viejo, el que lleva y trae el agua.

Sequía provoca temor y despierta conciencia ciudadana

Preocupada por el estado en el que se encuentra la presa “El Oviachic”, Nadia Soto, una residente de Cajeme, ha convocado a través de sus redes sociales a promover la cultura del cuidado del agua.

"Ha pegado carteles en varios domicilios, tratando de crear conciencia en el uso racional del líquido. Puse un cartel afuera en mi casa, en casa de dos tías y en la tiendita de la esquina, no son de lo más bonito o llamativos pero creo que si pueden llegar a hacer conciencia en quienes los vean”, dijo.

Al menos, pudo notar que las personas que pasan se toman el tiempo de leerlo.

Espera sembrar una semillita en ellos que los haga reflexionar y se pregunten: "¿que estoy haciendo yo para cuidarla?", y por consiguiente tomen medidas para hacerlo.

Ante sequía extrema, implorarán a Dios que mande lluvias en Cajeme, Sonora
Ante sequía extrema, implorarán a Dios que mande lluvias en Cajeme, Sonora

Con un granito de arena podemos lograr muchísimas cosas, consideró. “Los invito a que ustedes también pongan afuera de sus casas algún cartel que nos haga reflexionar para recordarnos día con día que debemos cuidar el agua”.

Es muy seria la situación por la que estamos pasando y aún no hacemos caso, no creemos que el agua se está acabando, pero adivina qué?, si es así.

Quienes hemos ido a la presa últimamente notamos la gran diferencia a cómo estaba años atrás.

“De verdad ayúdenme a compartir esta publicación y motivar a más personas a cuidar el agua, hay muchas maneras de hacerlo y de lograr hacer conciencia”.

“Cuidemos la cosas valiosas que nos dan vida”, conminó.

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afcl

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