Durante los primeros días de rodaje de No se aceptan devoluciones, Eugenio Derbez sintió hostilidad por parte del staff.
No era algo ajeno, porque por más de una década, en su intento de ingresar al cine, había escuchado comentarios desaprobatorios y burlones en alusión a que quien interpretaba a Ludovico Peluche y El Lonje Moco, no podía estar en una película.
Pero aquí las cosas se intensificaron, porque además de ser el coprotagonista, era su debut como director.
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Por si fuera poco, días antes había cambiado a su estelar por una pequeña de siete años llamada Loreto Peralta.
“En esa primera semana fui cuestionado, sentí esa agresión no verbal, una descalificación en todos los actos y momentos, sentí que tenía que lidiar contra la corriente porque no había respeto, cariño, no creían en el director. Hubo que cortar muchas cabezas porque era un ambiente hostil”, recuerda Eugenio, quien siempre estuvo apoyado por la productora Mónica Lozano.
¿Cuál fue el resultado de esas decisiones? Una película que cumple 10 años este miércoles y que en 2013 contabilizó más de 15 millones de espectadores, aniquilando a los blockbuster de Iron Man 3 y Mi villano favorito 2.
En la actualidad, ni siquiera Barbie, con sus casi 13 millones de boletos vendidos, lo hubiese alcanzado.
“Cuando estaba en mi mejor momento en tv, con los mejores ratings, decidí entrar al cine y pedí ayuda a muchos productores aunque fuera un papelito, hasta que alguien me dijo que cada que mencionaban mi nombre, se reían”, recuerda Derbez.
“Primero pensé: qué poca que no me contraten, pero era el universo que me estaba empujando. Si me hubieran dado ese papelito, me hubiera quedado en mi zona de confort y estaría haciendo ahora La Familia P.Luche”, reflexiona Derbez en entrevista con EL UNIVERSAL.
En el guión original, el personaje infantil era niño y Eugenio lo buscó hasta por debajo de las piedras. Un día decidió lanzar la convocatoria en su cuenta de Twitter y acudió Loreto, de entonces siete años, cuya audición le gustó. Aún así, Eugenio decidió hacer un último viaje a Los Ángeles buscando la opción masculina.
“Y no lo encontré, así que dije ni modo, tendrá que ser niña”, dice bromista.
Loreto sólo fue al casting por la experiencia. De hecho, cuenta la hoy joven de 19 años, salió de ahí pensando que había sido un desastre, aun y cuando pidió repetir todo hasta en cinco ocasiones.
Para las escenas en que Maggie debía llorar, se contaba con una lista de cosas que causaban tristeza en Loreto, las cuales le eran recordadas antes de entrar a escena.
“Habían pintado recientemente la casa donde crecí y ya no era la misma, fue algo que me movió mucho y me llevaba a las lágrimas”, recuerda la actriz.
De hecho siempre le guardaron que su personaje moría. Prácticamente lo supo hasta que vio la película terminada.
“Lo que me dijo (Derbez) fue que cada que Maggie se dormía, se desmayaba, entonces en esa escena pensé que eso pasaba. Cuando supe (lo de la muerte) me enojé horrible con Eugenio, me pareció bastante cruel y como fue a una edad temporada yo era impresionable y me había encariñado con Maggie”, cuenta Loreto.
El estreno fue brutal: en sólo 10 días consiguió más de 8 millones de espectadores.
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Tras ese tsunami, Eugenio se fue a radicar a EU donde ya trabajó, entre otros, con Gerard Butler, Adam Sandler, Anna Faris e Isabela Merced. Y dice que pronto se sabrá de su segundo filme como director.
“Toda la vida soñé con romper el récord del Padre Amaro (5 millones de boletos vendidos), era una obsesión, en ese momento se hacía mucho drama, oscuridad, le decía a mi mujer que viéramos una película mexicana y decía que no se quería deprimir, entonces dije: ‘aquí hay algo’. Y justo cuando estábamos a meses de estrenar se aparece Nosotros los Nobles, destrona al Padre Amaro (con 7 millones) y yo me jalaba de los pelos. Pero también me dio la esperanza de que la gente quería ver comedia, aunque nunca pensé llegar a esos números. La gente llevaba a sus familares y amigos, al marido, al abuelo, con cierto morbo para ver cómo reaccionaban al final, yo creo era como venganza”, considera Eugenio Derbez de buen humor.
No se aceptan devoluciones tendrá la semana próxima un reestreno en más de 40 ciudades de la República mexicana.