Lo mismo pueden estar al pendiente de la taquilla que de la llegada de invitados o de que los actores estén en tiempo y forma para salir al escenario o que la iluminación funcione o el vestuario esté listo... Su capacidad multitareas les ha permitido a estas mujeres hacerse de un lugar en un área antes dominada por los hombres: la producción teatral. Ellas son Julieta González, Itari Marta y Rebeca Moreno.

Julieta González

Desde hace más de tres décadas, Julieta se mueve entre los tiburones del ámbito teatral, bajo su supervisión se han montado los grandes musicales que han llegado a México en lo que va de este siglo, como Wicked, El rey león y Chicago.

“Soy generalmente la única mujer en las mesas de discusión con los ejecutivos grandes cuando hay que discutir los presupuestos, esa ha sido para mí una constante; no lo era antes, estuve 10 años trabajando en el Festival Cervantino (1987-1997) y ahí la constante eran las mujeres, siempre he creído que en esos tiempos la cultura se consideraba menor, entonces se la daban a las mujeres”, expresa.

Pero fue su llegada a una empresa como OCESA, hace 24 años, lo que la puso en medio de una batalla por ganarse el respeto de sus colegas.

“Siempre ha sido de tener que demostrar el lugar, de hacerte valer, sea transformándote a veces un poco en hombre, de tener que defender tus puntos de vista, ser un poco agresivo para hacerte oír, pero ese ha sido mi camino en los últimos años”.

Una cosa que le da mucho gusto, agrega, es que cada vez son más las mujeres involucradas en el quehacer teatral en todas las áreas, incluso en el Colegio de Productores de Teatro, al cual pertenece, donde se ha buscado equidad de género pero pide no dejar de pelear.

Itari Marta

Cuando en 2004 se puso al frente de un espacio como el Foro Shakespeare, Itari Marta recuerda que se enfrentó a las críticas del gremio porque tenía una carrera como actriz de cine, televisión y teatro, así que esperaban que se quedara arriba del escenario.

“Enfrenté falta de confianza, subestimación, gran parte de lo que me pasó al principio es que Bruno Bichir es mi socio, entonces los comentarios eran de: ‘sí, como Bruno Bichir es tu pareja [en ese entonces], por eso estás ahí’, pero mucha gente no sabe que yo dirijo el foro porque me gané una beca, me ha costado mucho trabajo que me respeten”, comenta.

Itari sigue batallando con ese estigma, por ejemplo, cuando las personas no llegan a un acuerdo con ella, recurren a Bichir para obtener una respuesta favorable a sus demandas, cuando ella se ha preparado en otras áreas como economía y administración.

“A las mujeres se les exige mucho más conocimiento y herramientas que a los hombres, en ese sentido la exigencia conmigo del universo que me rodea ha sido muy fuerte”.

Rebeca Moreno

“Cuando recién entré a La dama de negro (1994) había un jefe técnico que una vez me dijo: ‘Una mujer no me manda’. Ser productora de teatro es tratar mayoritariamente con hombres, estar en lugares en que por lo regular hay pura energía masculina, pero hay que irse adaptando, comprobarles con trabajo que puedes estar ahí, que te puedes ensuciar las manos metiéndote a las tripas de un teatro”, sostiene Rebeca Moreno, quien además de producir, opera el Teatro Xola.

Ingeniero electromecánico de profesión, siempre estuvo enamorada del teatro, pero sus padres no querían esa profesión, así que lo más cercano que encontró del escenario fue esta carrera que, al final, le sirvió para imponerse de a poco a su equipo técnico y de producción, pues sabía de lo que hablaba cuando se trataba de iluminación y sonido.

“Nuestros compañeros son a veces un poco misóginos, sobre todo porque quienes están al frente como productores pertenecen a una generación que nos veía como que las mujeres les quitábamos la oportunidad a los hombres”.

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