El está dispuesto a realizar cambios en su reinado y dejar atrás los estrictos protocolos que la reina Isabel cumplió a rajatabla durante décadas. Desde que asumió sus responsabilidades al mando de la corona británica no ha hecho más que cumplir su sueño de “modernización” que se propuso.

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La cercanía con los ciudadanos británicos es prioridad para el rey Carlos III . Si bien puede parecer un detalle menor, lo cierto es que no es algo que hayamos vistos a lo largo de décadas en la Casa Real británica. Fue por ello que decidió ir tras los pasos de sus hijos y romper con el protocolo al darle a un soldado maorí uno de los besos más exóticos que se conocen en el mundo.

El está dispuesto a cambiar la historia de la corona y cada paso que da apunta al objetivo. A principios de semana visitó a un grupo de reclutas militares ucranianos que actualmente están siendo entrenados en el Reino Unido. Allí no solo presenció los ejercicios que realizaban, sino que además interactúo con ellos, una prueba más de que procura estar más cerca de la gente.

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Fue así como el rey Carlos III le dio el saludo “hongi” a uno de los soldados que se encontraban en el lugar. Este es el beso tradicional que se dan los que pertenecen a la etnia maorí donde se cruzan frente y nariz. De esta manera, demostró su compromiso con la misión y dio cuenta de algunos de los cambios de rumbo que llevará adelante en su reinado.

En la realeza británica este tipo de interacciones no son comunes. Sin embargo, el príncipe de Gales ya lo había puesto en práctica en el 2014 cuando visitó el país oceánico. Los duques de Sussex también lo habían utilizado en una visita a Nueva Zelanda. Por aquellos años muchos celebraron este tipo de contactos, aunque jamás sospecharon que algún día quien se sentara en el trono lo haría también.

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