araceli.garciam@clabsa.com.mx

Santiago.— Luego de más de dos semanas de actividades este domingo concluyó la edición 26 del Festival Internacional Santiago a Mil.

Con un concierto en el que se homenajearon dos obras representativas de Chile, La negra Ester y La pérgola de las flores, el encuentro organizado por Fundación Teatro a Mil terminó las actividades dentro de la capital; algunas de las puestas en escena continuarán en zonas como Concepción, Arauco y Punta arenas.

De acuerdo con Carmen Romero, directora ejecutiva de Fundación Teatro a mil, el mes del teatro reunió a más de 200 programadores internacionales que asistieron para ver las propuestas para después llevarlas a otros espacios. Entre los países participantes estuvieron Sudáfrica, México y Chile.

Al festejo asistió Alejandra Garcés, directora de Comunidades de BHP Escondida, empresa minera que apoya el festival desde hace más de 20 años, quien resaltó la importancia de estos eventos al llevar el arte a diferentes comunidades.

“Este año hemos hablado de la mujer, de la inmigración, la diversidad en todas sus formas y cómo contribuyen a ser una mejor sociedad”.

“Creemos que el proyecto Santiago a Mil ya no es un evento cultural importante es un proyecto-país así que es la responsabilidad de todos colaborar para que siga por muchos años más”.

Presencia mexicana. La adaptación de la tragedia de Sófocles Antígona, dirigida por David Gaitán ofreció tres funciones en el marco de Santiago a Mil.

“Es una oportunidad de someter la obra a un público de otra región, ver cómo resuena y por tanto descubrir puntos en común y puntos de diferencia con esta cultura, lo cual es profundamente gratificante”, comentó David Gatitán en entrevista.

El montaje, que ha pisado teatros como el Julio Castillo en México y países como Alemania y Argentina, fue el encargado de representar a México.

“Creo que compartimos mucho los chilenos y los mexicanas, en Latinoamérica hay un pulso más o menos similar a propósito de lo que nos duele, los antecedentes que tenemos. La dictadura que tuvo Chile determina mucho el punto desde el cual los espectadores ven la obra.

“En México también hemos arrastrado unos problemas del gobierno muy radicales, en ese contexto es donde se hace esta obra hace cinco años. Ahora el denominador común es como una huella de dolor latinoamericana. Este montaje está tan politizado en su discurso, en su planteamiento que termina siendo elocuente en Latinoamérica”.

Google News

Noticias según tus intereses