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A comienzos de la semana en curso, el Federal Bureau of Investigation (FBI), informó haber conseguido ingresar sin ayuda de Apple al iPhone de Syed Farook, uno de los terroristas involucrados en la masacre en San Bernardino, California, donde a consecuencia de las acciones emprendidas por una célula terrorista, 14 personas perdieron la vida, el 2 de diciembre de 2015.

Un vocero del FBI declaró: “El Gobierno ha conseguido acceder a los datos guardados en el iPhone de Farook y, por lo tanto, ya no requiere la asistencia de Apple”.

Algunos expertos que han sido consultados para opinar sobre el referido hecho, sostienen la hipótesis de que el FBI recurrió a alguna firma dedicada a ofrecer servicios de análisis forense de teléfonos celulares y que probablente mediante un “ataque de software” haya conseguido “desbloquear” el iPhone de Farook y recuperar la información contenida.

Para ingresar al referido aparato sin perder la información contenida en el mismo, posiblemente fue necesario clonar una imagen del teléfono, y proceder a probar contraseñas superando así la barrera de los 10 intentos con alguna de las copias de la imagen.

A partir de una nota que publicó el pasado miércoles el diario israelí Yedioth Ahronoth, Cellebrite, compañía de origen israelí, que cuenta con oficinas en varios países, entre los cuales precisamente se encuentra Estados Unidos, ha sido señalada como la firma contratada por el FBI para desbloquear el iPhone de Farook y recuperar la información.

Cellebrite se limitó a responder que sí colabora con el FBI. El 21 de marzo estas dos entidades firmaron un contrato por 15 mil dólares. La firma israelí se comprometió a “desarrollar un software de información tecnológica”.

La citada firma israelí desarrolló un sistema, denominado Tecnología de Acceso a Control Forense (FACT, por sus siglas en inglés), el cual representa una alternativa para organismos de seguridad que requieren tener acceso a la información almacenada en algún dispositivo, sin tener que crear una “llave maestra”.

El mercado percibió positivamente que Apple resistiera las presiones del organismo federal estadounidense, destinadas a franquear los sistemas de seguridad. Sin embargo, debemos tener muy presente que el FBI finalmente consiguió su objetivo: desbloquear el iPhone de Farook y recuperar la información contenida.

En el imaginario legal, Apple perdió la gran oportunidad de ganar el caso. Como atinadamente destaca la periodista española en El Diario “De haber conseguido una sentencia a su favor, se habría creado un precedente legal que les protegería en el futuro -a ellos y al resto de la industria- de tener que generar vulnerabilidades en sus propios productos por orden judicial. Su victoria habría sido épica, histórica, una victoria por todos mis compañeros y por mí primero”.

Debemos tener presente que la victoria mediática de Apple podría convertirse en un delicado revés, inclusive, en una gran crisis. No sin cierta malicia resulta factible suponer que Apple y el FBI pudieron haber acordado con gran anticipación este desenlace.

Además, entre los usuarios de Apple prevalece una sensación de relativa inseguridad, derivada del siguiente cuestionamiento: si el FBI perfectamente pudo tener acceso a la información almacenada en el dispositivo que usaba Syed Farook, sin tener que crear una “llave maestra”, bien puede replicar similar acción con el dispositivo de cualquier usuario.

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