Resultan curiosas muchas de las declaraciones y conductas que nos regalan constantemente los directivos de la Liga MX, provocadas por la desesperación de no sacar buenos resultados, cuando sabemos que es cuestión de trabajo cotidiano y, sobre todo, paciencia para consolidar con el paso del tiempo un buen proyecto a largo plazo.

Así, el ejemplo más claro se lo lleva en esta ocasión Atlas, con su presidente Gustavo Guzmán, quien ha intentado casi todo con el objetivo de obtener mejores resultados y meterse en una dinámica positiva; limpias, misas, cambio de uniformes, nuevas contrataciones de jugadores, relevo de entrenadores, etc. Sin embargo, los números indican que durante este proceso se han dedicado a desordenar al equipo. Pero no sólo a sus Rojinegros, si no que de paso, la resaca ha salpicado en gran medida a Monarcas de Morelia, al ser desmantelados para reforzar a los tapatíos y deben afrontar la lucha por no descender a partir de este torneo.

En la parte baja, las alarmas se encienden en el seno de los Dorados de Sinaloa, que no encuentran la brújula. Seguramente se vienen cambios en la dirección técnica, con la idea de reemplazar al colombiano Luis Fernando Suárez y buscar de esta manera, una última reacción para permanecer en Primera División. Un panorama complicado para un conjunto que no conoce lo que es anotar un gol ni sumar puntos hasta el momento, da muchas concesiones en la defensa y, por si fuera poco, también se ha visto perjudicado por las malas decisiones de los árbitros.

América necesita quitarse el embrujo que parece tener al jugar como local, al perder por goleada de cuatro a uno frente a unos jóvenes respondones de Pachuca. En una situación difícil y hasta volátil para Nacho Ambriz, quien deberá quitarse la presión mediática a cada tropiezo y mantener el apoyo de Ricardo Peláez en una planeación de continuidad. Parece que las Águilas no encuentran la consistencia y dan una de cal por una de arena.

Otro conjunto que no juega mal, pero que no suma de a tres puntos, son los Cementeros de Cruz Azul, dirigidos por Tomás Boy. Aunque en definitiva tienen llegada en ataque, sus pupilos son presas de los propios errores en defensa, con lo que generaron una inercia dubitativa hasta el momento porque, entendiendo que faltan muchos juegos por delante, van dejando puntos en el camino que pueden costarles caro al final, como ya sucedió la temporada anterior.

Con todo esto y con el mayor respeto que significa la próxima visita del papa Francisco a México, no sería raro que varios de los equipos busquen acercarse para sacar provecho con alguna de sus bendiciones y sacudir las malas vibras, con la idea de aferrarse a cualquier forma para sacar mejores resultados.

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