Están descalzos, con las manos en la nuca. Están sometidos por una turba iracunda. Más vale guardar silencio, más vale obedecer o pueden terminar linchados. Les dicen asesinos y los acusan de haber matado en Nochixtlán, pero ellos nunca estuvieron ahí. Son gendarmes de la Policía Federal que buscaban agua potable para el cuartel en Oaxaca, agua que no llega por los bloqueos de la CNTE. Son presos políticos momentáneos. Son víctimas de secuestro. Son víctimas de las circunstancias, porque ellos no aprobaron la reforma educativa, también son pueblo, pero del pueblo equivocado, del “vendido a la oligarquía”.

Después de varias horas de retención y negociación, los dejaron salir corriendo entre mentadas de madre. Dos gendarmes representaron, para una masa de indignados, todo lo malo de la sociedad y bajo esta lógica, sobre ellos debía de recaer un castigo: la humillación pública.

En 1966 Mao emprendió la Revolución Cultural china con el objetivo de erradicar la corrupción y el pensamiento capitalista burgués, en su nombre se quemaron escuelas, se iniciaron juicios populares contra maestros, intelectuales, periodistas y todo aquél que pensara diferente a Mao; se les colgaban letreros, se les colocaban sombreros ridículos, se les exhibía en calzones, se les vejaba socialmente. Algo así como lo que pasa en Oaxaca o en Chiapas, pero en pleno 2016.

Creo que la CNTE se ha inspirado en Mao para sus protestas más radicales, de hecho, la Revolución Cultural china, junto a otras formas de comunismo extremo, son parte de la formación de muchas escuelas rurales. No juzgo una libertad de pensamiento ni de discurso, así sea emanado de la mierda virulenta con la que se lavan cerebros dóciles, pero, precisamente para evitar otro Mao, todo debe tener un límite, el Derecho lo marca de forma más o menos clara.

La CNTE tiene múltiples vías de comunicación abierta, nadie los censura ni debe ni puede hacerlo, son libres de decir lo que les venga en gana, como todos los somos, pero de la misma forma, como todos, no gozan de un fuero para cometer delitos.

Hoy toman carreteras y asfixian económicamente a Oaxaca y a Chiapas, secuestran y humillan policías. Mañana secuestrarán actores políticos que difieran de sus puntos de vista, pasado comenzarán los juicios sumarios y los castigos del pueblo bueno. Y Mao resucitará en Oaxaca.

Ayer el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, me dijo que la situación es muy difícil, siempre se ha privilegiado el diálogo, pero debe imponerse la ley, que no está sujeta a ninguna negociación. Si continúa la radicalización deberá venir el uso de la fuerza pública basada en protocolos de estricto respeto a los derechos humanos.

Si hubo responsables del Estado en la tragedia de Nochixtlán, serán castigados.

Ojalá.

DE COLOFÓN. El EPR incluye en una lista de voces y plumas mercenarias al servicio de los órganos de inteligencia, civiles, militares y empresariales a Raymundo Riva Palacio, Raúl Nathán Pérez, Aristóteles García Mori, Alfredo Martínez Aguilar, Ricardo Alemán y a este opinador. Supongo que no debemos tomarlo como una amenaza, ¿o sí?

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