Podrán explicar que el aumento en el precio de la gasolina es realmente la liberalización del precio antes controlado por papá gobierno, que el primer golpe se siente pero después vendrán los beneficios, podrán decir que este aumento es realmente el banderazo para ser parte de las economías globales, las que se rigen con base en los precios y demandas del mercado global, podrán especular con que el aumento no le pegará a la inflación, que sólo será los primeros meses y que después todo será normal…

Podrán decir misa.

El aumento, el mega gasolinazo, y creo que lo saben, es la derrota suicida para la administración entera en este gobierno. No tienen ya de qué hablar ni qué jugar para 2018 y, tal vez, ni siquiera para este mismo 2017, están en la lona, fracasados, cuasi inmóviles frente a las adversidades, frente a las malas suertes, de los vaivenes globales. Están fritos.

¿De verdad piensan que la mayoría les comprará el argumento de que gasolina más cara es positiva para la economía?, ¿por qué será que se evade con singular vigor el tema impositivo (más de 7 pesos por litro va a parar al gobierno)?, ¿que apenas hoy nuestros legisladores llaman a la modificación de la Ley de Ingresos que votaron hace tres meses y que hoy es casi inamovible?, ¿por qué será que todos nuestros “representantes” insisten en vernos la cara de imbéciles?

La comparación del gobierno federal con el costo de la gasolina en México contra el mundo es tan irrisoria que se vuelve un meme, patético, vil y sumamente bajo: ¿podemos comparar el ingreso mexicano contra el de Hong Kong, Noruega, Israel, Italia, Francia o Alemania?, ¿por qué la gasolina sigue siendo más barata para nuestro principal socio comercial, Estados Unidos (peor aún, es más barata en Texas)?, ¿eso no nos pone en gran inequidad?, ¿se justifican diciendo que países como Guatemala y Nicaragua, más pobres que México, tiene una gasolina más cara?

Bloomberg desmiente de un plumazo al gobierno federal haciendo una comparativa del costo del combustible contra el ingreso y salario y ahí sí que salimos perdiendo: somos el país al que le cuesta más caro llenar el tanque del coche en relación con los ingresos económicos de la población. ¿Más claro?: somos los más jodidos.

Dudo que la gente salga a la calle y explote la violencia como sugieren algunos analistas con gran carga de fatalidad, pero estoy seguro de que cada vez que se despache gasolina durante los próximos meses, los ciudadanos van a reprochar el costo al gobierno, al grado de las mentadas, y sé muy bien que eso se verá reflejado en las boletas electorales.

Digan lo que quieran, probablemente, desde la óptica macroeconómica, desde la frialdad y la lejanía de un escritorio de alto nivel burocrático, tengan mucha razón, pero creo que en el fondo saben que esto marcará una gran debacle.

DE COLOFÓN.— Decenas de miles de personas acudieron a los XV de Rubí, fueron convocados por las redes. Centenas marchan contra el gasolinazo.

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