La oferta del Vive Latino en su edición 2017 parece desbordante aunque, la verdad, no tanto. Como siempre, repiten muchos nombres que ya se han visto en pasadas ediciones (Los Fabulosos Cadillacs, Babasónicos, Caligaris, Enanitos Verdes, Julieta Venegas, Zoé…) por diversas acciones poco transparentes, presiones de sus respectivas casas disqueras, y una selección de grupos, bandas y accidentes musicales que, la mayoría de las veces, no llegan a explicarse bien.

¿Cómo y quién escoge a los grupos? ¿Por qué no hay una selección de bandas propuestas por el público? ¿Cómo se barajan situaciones que se antojan insólitas como la inclusión de cosas que no tienen nada que ver con el rock que, sin embargo, acaban en la programación como Bronco y —respetando hasta donde se debe— la Sonora Santanera? Así como está la Carpa Intolerante, ofreciendo un abanico de posibilidades de ver grupos y solistas muchas veces extravagantes y sorprendentes, ¿por qué no se les ocurre a los organizadores un espacio a pioneros del rock mexicano, los que todavía pican piedra como Ricardo Ochoa, Armando Nava, Jarris Margalli…? ¿O un espacio para los progres mexicanos de fama internacional como Luz de Riada? ¿O un sitio para la mal llamada la rupestriza (aunque es un calificativo que ya no le queda a cantantes) como Rafael Catana, Armando Palomas o muchos más que tienen su sede de presentaciones en el Foro Alicia, de Nacho Pineda. ¿O un escenario para las diferentes escenas roqueras, como la muy interesante que ofrece Monterrey con bandas de metal como Ira, que llevan 20 años tocando? ¿Y la escena metalera de la Ciudad de México, qué no tiene suficiente metralla? Si alinean a La Barranca que toca casi una vez al año, ¿por qué no darle chance a otras propuestas interesantes como Matilde Band o María Robot que, de tener oídos y sentido común las disqueras establecidas, a estas horas ya estarían firmadas y desarrolladas?

Así las cosas, habrá que ver a Marky Ramone, Brujería, Celtas Cortos, Mon Laferte, Javier Corcovado… y arriesgarse con Juana la Rodillona, Dolor de Huevos, Orkesta Mendosa, Novedades Carminha, El Zombie, Chingadazo de Kung Fu… Y como nadie explica por qué nunca ha habido ni hay una edición representativa en DVD como producto oficial del Vive, suerte y ojalá que no llueva.

Colofón Mortuorio: Esta semana falleció Mario Olmos, uno de los más extravagantes mexicanos promotores del rock, famoso por haber traído a Los Doors a México para un concierto en la Plaza de Toros México. Desafortunadamente y por cuestiones de permisos con papá gobierno, la tocada —que no concierto— se pasó a un pequeño centro nocturno (El Fórum) de los Hermanos Castro. La crónica idiota y despistada que hizo Raúl Velasco en el Heraldo de México habla de lo que fue el fallido evento. Luego Olmos trajo al guitarrista de Police, Andy Summers, en otra historia que echó chispas y, como era su costumbre, despilfarró dinero que no era de él sino de los empresarios que lo contrataron gracias a un encanto especial que tenía hasta para hechizar serpientes.

pepenavar60@gmail.com

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