La música ha existido siempre, y aunque hay pocas evidencias de las prácticas musicales más primitivas de la Europa occidental y la mayor parte proviene de la iconografía y de los descubrimientos arqueológicos de objetos utilizados como instrumentos, es muy probable que la música fuera parte —ya desde entonces— de diversos rituales religiosos y festividades relacionadas con el ciclo de la vida. Muy probablemente esta necesidad que siempre hemos tenido los seres humanos por acompañar momentos importantes hizo que la Nochebuena de 1906 y utilizando el principio heterodino se emitiera la primera transmisión de audio de la historia, de modo que los buques que en ese momento navegaban pudieron oír a Fessenden tocando al violín la canción “O Holy Night”.

Casi 20 años después, la radio era parte de la vida cotidiana en la mayoría de los hogares del planeta. Además, la radio es también la principal generadora de la “banda sonora” de la vida de los que aún nos tocó escucharla a la vez que grabábamos en cintas para reproducir una y otra vez nuestras canciones favoritas. Muchos somos parte de aquella generación que llamaba por teléfono con la esperanza de salir al aire. También nos tocó ser testigos de cómo nuestras abuelas o nuestras madres eran fieles a ciertos programas, locutores o radionovelas que las hacían imaginar a los personajes a los que, por supuesto, sólo podían imaginar.

Internet ha irrumpido en la sociedad modificando la forma de relacionarnos con los medios de comunicación y muy en particular con la radio. Desde que Internet comenzó a tomar fuerza, siempre ha dejado latente la interrogante de si será una herramienta capaz de eliminar a los medios tradicionales de comunicación, ya que tiene la capacidad de difundir información en tiempo real usando múltiples plataformas (audio, fotografía, video). La respuesta, hasta hoy, sería un no, pues la radio entró a Internet y aprovechó todas sus posibilidades para tomar fuerza y modernizarse, sin perder su espíritu.

El pasado domingo 30 de abril se festejó el Día Internacional del Jazz, proclamado en 2011 por la Conferencia General de la UNESCO. En México existe un alto porcentaje de radioescuchas amantes de este género que pudieron disfrutar de las múltiples festividades por la celebración a través de diversas estaciones de radio por Internet, nuestro país cuenta con una de las más importantes http://www.imer.mx/horizonte/. Y como parte de la vida cotidiana, la estación ofrece una interesante programación con una diversidad de ejes temáticos, programas a cuyo contenido valdría la pena dedicar nuestra atención.

Alejándose un poco del formato tradicional de la radio, pero cumpliendo con objetivos muy similares, encontramos diversas aplicaciones (Spotify, Apple Music, Google Play Music, etc.) que nos permiten escuchar música de todo el mudo desde nuestros dispositivos móviles. Y para gustos muchos más específicos, y sin alejarnos del tema del jazz, hay aplicaciones como JAZZRADIO, disponible para los diversos sistemas operativos, que cuenta con una diversidad de bandas y cantantes que la hacen ser de las más completas.

La radio, o su esencia, no tiene intenciones de desaparecer, y tiene la capacidad de adaptarse cada vez más a las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías y a las necesidades de los nuevos “radioescuchas”, quienes también tienen la posibilidad de ir armando la banda sonora de sus propias vidas a través de unos cuantos “clics”.

@Lacevos

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