Vergonzosa fue la actuación de una caricatura de Selección Nacional el sábado pasado ante el equipo de Chile en la Copa América de futbol. Gran culpa de esta catástrofe la tuvo el técnico Juan Carlos Osorio, porque claramente hubo errores tácticos, y por supuesto los aburguesados jugadores también tienen un alto grado de responsabilidad por su paupérrimo desempeño.

Javier Hernández aseguró que “en la cancha lo dimos todo”, mientras que Miguel Herrera advirtió que a los futbolistas vestidos de verde no les faltaron “huevos”. Mentira. Sobre todo en el segundo tiempo, varios jugadores bajaron los brazos, desmotivados, totalmente entregados, dejándose pisotear por los adversarios. Ni las manos metieron. Dejaron de pelear y se olvidaron del amor propio. Fueron gravemente avasallados. Ni una patada ni una mentada surgieron en los momentos en que se hundía el barco. Así que nada de “huevos”, como dice engañosamente el ex técnico de la Selección. Para colmo, hubo errores puntuales verdaderamente escandalosos. Fue patético ver a dos buenos futbolistas que juegan en Europa como Moreno y Layún, jugando al teléfono descompuesto en el sexto gol. ¿Vas tú?, ¿voy yo? No, viene Vargas a pintarnos la cara.

Encima de todo, el famoso “Chicharito”, malo para distinguir entre burlas y críticas argumentadas, llegó a la Copa América con cuatro kilos de más, según reveló el periodista John Sutcliffe, basado en una fuente absolutamente confiable. Eso demuestra una lamentable falta de compromiso del jugador con su Selección, de cara al torneo que se iba a disputar en Estados Unidos.

Riesgos. Juan Carlos Osorio es un técnico metódico, conocedor y estudioso de los rivales. Eso está muy bien. Pero realizar tantas rotaciones y habilitar jugadores en posiciones diferentes a las naturales o acostumbradas, eso tiene sus bemoles. ¡El Tri no debe tomarse como conejillo de Indias!

En el futbol, eso de que “la rotación es un principio de vida” resulta un disparate, no aplica, porque entonces no hay un cuadro base formado por 11 titulares. ¿De qué le sirve a un jugador pelear en cada entrenamiento por la titularidad, si en cualquier momento puede ser enviado a la banca? Esto no es una cascarita o un partido amistoso donde todos participan, sino partidos oficiales donde hay mucho de por medio. En todo gran equipo, y así está demostrado históricamente, hay 11 titulares y dos o tres jugadores de recambio, pero Osorio ha llegado al extremo de poner a jugar en un certamen a casi todos los elementos del plantel.

Si el Agente 007 mantiene esta filosofía, ¿aún así lo va a sostener en su cargo la Federación Mexicana de Futbol? Es prácticamente un hecho que sí. Las eliminatorias rumbo al Mundial de Rusia no deben traer consigo mayores contratiempos, pero el peligro seguirá latente cuando aparezcan rivales del tamaño o más grandes que los aplanadores chilenos.

Setentero. El libro de este columnista “La década inolvidable, el futbol mexicano en los años setenta” ya está a la venta en Amazon.com y en la siguiente página: www.ladecadainolvidable.com. En las próximas semanas, en cuanto los temas de actualidad nos den un respiro, platicaremos un poco más sobre aspectos del futbol de aquella época entrañable que hoy resultan obsoletos.

heribertomurrieta65@gmail.com

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