Los próximos 4, 5 y 6 de junio tendrá lugar en la Ciudad de México la 53ª. Reunión Interparlamentaria México-Estados Unidos.

Como pocas veces en el pasado reciente, el encuentro entre los congresistas de ambas naciones será crítico para México en vista del arribo al poder federal en Estados Unidos de un presidente que desde que inició su campaña convirtió a nuestro país en flanco de diversos ataques y ahora, ya en funciones, ha comenzado a implementar su agenda anti-mexicana, menospreciando así la buena relación bilateral que se ha mantenido entre ambas naciones.

Por ello, la inminente Reunión Interparlamentaria México-Estados Unidos se presenta como una inmejorable oportunidad de reconstruir los puentes de comunicación con las y los legisladores estadounidenses para intentar modificar la percepción negativa que se ha impuesto en amplios sectores de la Unión Americana con relación a México y a las y los mexicanos.

El encuentro binacional es una ocasión única que nos da la oportunidad de sensibilizar a los representantes populares estadounidenses sobre la importancia de la relación bilateral para la prosperidad de los dos países y, particularmente, sobre la contribución de México y de las y los migrantes mexicanos a la competitividad económica y a la cultura de Estados Unidos.

Si bien la mayoría de los congresistas estadounidenses que han confirmado su asistencia a México tienen una opinión mesurada sobre los temas más controvertidos de la relación bilateral, e incluso varios han expresado su apoyo a los migrantes y su rechazo a la construcción del muro fronterizo, las y los legisladores mexicanos habremos de reiterar en primera instancia la demanda de un trato basado en la igualdad de los Estados y el respeto a la independencia y a la dignidad de nuestro país.

Si bien la agenda de temas relevantes a discutir durante la reunión bilateral es amplia y compleja, la delegación mexicana deberá poner particular énfasis en los siguientes asuntos.

La renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) es tal vez en este momento la mayor prioridad. Como se sabe, en días recientes el Representante Comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, envió al Congreso de ese país la notificación del gobierno estadounidense de renegociar el Tratado.

Un primer objetivo de la delegación mexicana será defender el argumento de que dicha renegociación deberá incluir a las tres partes firmantes del tratado original de 1992, y rechazar así el objetivo planteado en algún momento por la administración Trump de negociar dos tratados bilaterales en lugar de uno trilateral.

De la misma manera, se deberá persuadir a la delegación de congresistas estadounidenses de que la renegociación del TLCAN debe poner en el frente y al centro a los trabajadores de los tres países, y no solo a las grandes corporaciones transnacionales, como ha sido el caso desde la entrada en vigor del tratado en 1994.

Además, pugnaremos por mantener en la negociación el principio de integralidad, estos es, que no sólo se incluyan los temas relacionados con el comercio y la inversión, sino que paralelamente se contemplen los asuntos de seguridad, migración, combate al crimen organizado, tráfico de armas, disminución de las asimetrías económicas y, sobre todo, el respeto a los derechos de las y los mexicanos que radican en Estados Unidos.

De la misma manera, las y los legisladores mexicanos intentaremos convencer a nuestras contrapartes estadounidenses de la importancia de resolver las distintas problemáticas asociadas al fenómeno de la migración bilateral.

El objetivo es posicionar en la agenda del Congreso de Estados Unidos la necesidad de discutir una reforma migratoria desde la perspectiva de que la gran mayoría de los mexicanos que residen y trabajan en aquella nación tienen derechos adquiridos y aportan una fuerza laboral indispensable para el sector laboral y productivo y para la competitividad económica de ambas naciones.

Por supuesto, el exhorto deberá ir en el sentido de que una reforma migratoria tiene que incluir disposiciones que garanticen el pleno respeto a los derechos humanos de las personas migrantes, priorizar la unidad de las familias de los connacionales y sobre garantizar el bienestar de los menores.

Un tema adicional en el que habremos ser absolutamente claros es el de nuestra más enfática oposición a la pretensión de la administración Trump y del Congreso estadounidenses de gravar las remesas que envían a sus familias los trabajadores mexicanos residentes en Estados Unidos, con lo que se pretenden vulnerar los derechos de nuestros connacionales, quienes ya pagan impuestos en ese país. Por ello, demandaremos a la delegación de congresistas estadounidenses el respeto a la libre disposición y envío de las remesas sin gravamen alguno.

Otro asunto en el que pondremos énfasis especial tiene que ver con la cooperación para el combate al crimen organizado en la región, incluido el combate al narcotráfico, el tráfico ilícito de armas, el lavado de dinero, el tráfico de personas, entre otros.

Durante la reunión binacional habremos de reiterar la importancia vital que tiene para la seguridad de la región la coordinación de estrategias conjuntas para combatir el crimen organizado transnacional. No obstante, dejaremos en claro que se deben establecer límites claros y precisos que garanticen la soberanía de ambas naciones y evitar acciones de extraterritorialidad o el intento de militarizar las operaciones en materia migratoria.

Por tanto, pugnaremos por que se lleve a cabo una evaluación rigurosa y objetiva sobre los diversos programas de cooperación binacional con Estados Unidos de América en materia de seguridad, incluidos los contenidos en la llamada “Iniciativa Mérida”, con el fin de identificar los fracasos y sugerir nuevas estrategias que apunten a una mayor efectividad de las acciones en esta materia.

Finalmente, las y los legisladores mexicanos habremos de reiterar que el muro que se pretende construir en la frontera violenta la buena vecindad y las históricas relaciones de cooperación y amistad entre México y Estados Unidos, por lo que su edificación representa un obstáculo para cualquier intento de profundizar las relaciones bilaterales.

La 53ª. Reunión Interparlamentaria México-Estados Unidos, a celebrarse el próximo lunes 5 de junio en la Ciudad de México representa una excelente oportunidad para refrendar los históricos lazos de amistad y cooperación que existen entre nuestras naciones, así como la mejor vía para avanzar temas estratégicos de la agenda bilateral como el de la migración.

Las y los legisladores mexicanos deseamos instaurar una nueva etapa de amplia colaboración, de estrecha comunicación, de asociación, de diálogo constructivo, en la que dejemos atrás las amenazas y los agravios, y conduzcamos a nuestros pueblos hacia un entendimiento bilateral basado en el respeto, la cooperación, la prosperidad, la seguridad y el desarrollo de ambas naciones.

Coordinador de la fracción parlamentaria del PRD y presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados.

@FMartinezNeri

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