Con la oposición del establishment del Partido Republicano, aumentan las dificultades de Trump para ser nominado candidato a la Presidencia. No es exagerado señalar que el magnate-precandidato creó el mas grave problema político en que se haya visto el GOP en toda su historia. Trump cuyas propuestas son tan estridentes como confrontacionistas, impracticables e “independientes” pretende postularse para ganar la candidatura republicana a la Presidencia. ¿Puede ser candidato presidencial siendo un fenómeno mediático, gracias a la prensa estadounidense en mucho y con un importante número de seguidores, pero eso sí, con políticas propias, independientes que chocan con el establishment? Eso es lo que está por verse.

A Trump le preocupa –que difícilmente alcanzará el número de delegados para lograr un apoyo “en automático a su candidatura” y no sabe cómo moverse hacia la Convención de Cleveland que definirá al candidato republicano en la que jugarán no sólo sus instintos , confrontaciones y estridencias, sino un intrincado ajedrez político que no sabe jugar. Cada vez se ve mas complicado que obtenga el número de delegados para lograr la nominación automática, lo que abriría una incierta negociación. Las cosas se ponen muy difíciles por el choque con el aparato del Partido Republicano. Su precampaña no ha sido, ni mucho menos lo que el GOP hubiera deseado, incluso hay quienes afirman que de llegar a la Presidencia los republicanos perderían el partido. Y ¿Cómo explicar el problema adicional que representa Ted Cruz, tan cercano y seguidor de las políticas de Trump. Las primarias de Nueva York el martes próximo podrían despejar algunas incógnitas en el seno del GOP dependiendo de cuál de los dos candidatos punteros obtenga la nominación.

Pero la verdadera interrogante, más allá del número de delegados electorales, con que pueda contar Trump está en comprender como ha podido llegar tan lejos. Desde luego cuenta el caldo de cultivo que condimentó para alcanzar un buen número de simpatizantes, son ciudadanos en su mayoría blancos de clase media baja, descontentos y frustrados, porque a pesar de que Obama logró sacar al país de la recesión, un crecimiento económico moderado y creación de empleo, no consideran haber recuperado lo perdido.

Ahí está la concentración de la riqueza y la desigualdad; aumentaron las deportaciones y la violencia policiaca de tintes racistas. Importantes centros urbanos no se repusieron de la crisis por la desaparición de empleos, ciudades como Detroit no se han recuperado. Aunque Obama logró un importante avance en atención a la salud de alrededor de 46 millones de estadounidenses afectando grandes intereses de las aseguradoras… La lista sería larga, pero baste señalar que Obama hizo una política distinta, con las dificultades de grandes obstáculos que impusieron precisamente los Republicanos que desde 2008 polarizaron la política y fueron cerrando caminos a los acuerdos bipartidistas. Cancelaron la reforma migratoria. Las expectativas que despertó Obama fueron muy altas en medio de dos crisis: la económica y financiera y la de las intervenciones militares en Medio Oriente.

Trump ha sabido aprovechar y acrecentar el descontento social de una parte de la sociedad y de los sectores más conservadores. Pero el magnate convertido en político sería inexplicable sin el antecedente de los Tea Party que durante años se han encargado de dinamitar la política bipartidista de los Republicanos que permitía acuerdos y que fue el sustento del sistema político estadounidense. Se apoya en la polarización que vocifera para sus propios intereses. Trump dinamitó la campaña electoral del Partido Republicano, con crispación, mentira, ruido, furia, deteriorando el clima social y sobre todo polarizando aún más a la sociedad. Aunque no gane la candidatura y menos aún la presidencia, la huella de Trump es ya una herida en el tejido social estadounidense que deberá cicatrizar.

Imposible entender el discurso extremo contra los inmigrantes latinos y en particular mexicanos sin las leyes antiinmigrantes aprobadas en no pocos Estados. Además, los republicanos abortaron la reforma migratoria en 2007 y cancelaron con el Tea Party en la Cámara de Representantes todo intento de reformar leyes inmigratorias incluyendo la regularización de los inmigrantes indocumentados y toda reforma para aliviar la presión sobre los hijos de los indocumentados en el segundo periodo de Obama. Los neoliberales enfurecieron por el decreto administrativo, que apoyó a los jóvenes indocumentados, dándoles oportunidad de estudiar y no ser deportados. El choque fue duro y aún intentan cancelar una medida social importante, lo que ha creado frustración e incertidumbre entre los “dreamers”. La otra cara de la moneda del descontento juvenil está en el monto de la deuda de los estudiantes (no sólo de los dreamers) mayorl que la deuda hipotecaria.

Trump es un empresario que ha hecho mucho dinero, cuyo lema es ganar, ganar, ¿por qué no ganar en política? Sus bases están decepcionadas de la política, y habla para polarizar, confronta, agrede, crea un clima de violencia entre los que le apoyan. No acepta críticas, es violento, como se ha visto.

No le interesa la democracia y lo ha demostrado fehacientemente. Se maneja dentro de los esquemas del fascismo: un liderazgo caudillista sin ambajes ni medias tintas, él es de antemano el elegido; tiene un culto enorme hacia la autoridad, la suya y de los suyos; su discurso tiene como uno de sus ejes elementos racistas y discriminatorios; maneja un populismo agresivo, autoritario y xenófobo que legitima la violencia contra el enemigo interno y externo (inmigrantes latinos y mexicanos lo mismo que el mundo árabe), su política estaría claramente dirigida a dinamitar la relación con su vecino y posiblemente a desatar una tercera guerra mundial; alienta la rabia y el miedo. Su narcisismo y superioridad no tienen límites, puede hacer cualquier cosa de llegar a la presidencia.

La sociedad estadounidense está cambiando: en pocos años la mayoría ya no serán los blancos WASP sino las que hoy son minorías: afroamericanos, latinos, asiáticos, árabes… Trump alienta el odio a los que son distintos, el rechazo al cambio demográfico (como si lo pudiera detener), las deportaciones, acusa a los mexicanos de ser delincuentes, narcotraficantes, violadores.

¿Puede Trump ganar la candidatura Republicana? EL GOP tiene un serio problema.

Periodista y analista internacional.

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