El primer debate presidencial en que estuvieron cara a cara Hillary Clinton y Donald Trump, tuvo lugar exactamente 56 años después del primer debate televisado cuando contendían John F. Kennedy y Richard Nixon por la presidencia. Entonces como ahora la elección estaba muy cerrada entre los dos candidatos. Se calcula que el debate de 2016 lo vieron 84 millones de televidentes, cifra a la que habría que agregar a los que se conectaron por Internet vía streaming a través de otras pantallas. El debate de Kennedy y Nixon rompió todos los récords de audiencia, fue visto por 66 millones cuando la población de Estados Unidos era de 179 millones. La política y la televisión iniciaron una nueva era. El objetivo de entonces y el de ahora era el mismo: llegar a millones en un breve lapso de tiempo, al final de las campañas en Estados Unidos, posiblemente las más largas en el mundo. El objetivo principal de entonces y de ahora era acercar a los candidatos a la gente e influir en los indecisos. Los debates son de hecho, los últimos grandes eventos antes de la elección presidencial.

Hillary Clinton buscará mantenerse y volver a ganar el debate. Donald Trump hará hasta lo imposible por ganar. Por la amplitud de su difusión el debate tiene una importancia crucial a un mes (menos un día) de las elecciones. La difusión televisiva va ahora acompañada de transmisiones a través de Internet y de una interacción amplia de las redes sociales. Durante el primer debate presidencial de Obama y Romney, en 2012, circularon alrededor de 10 millones de tweets. Los debates en vivo y por tanto sin corrección posible se caracterizan por colocar a los candidatos en un terreno sumamente resbaladizo frente a cualquier error en sus actitudes, mirada, gesticulación, lenguaje corporal, palabras que utilizan. La cámara se relaciona con las audiencias a través de la imagen que proyecta el candidato y de la forma en que expresa sus propuestas..

En aquel primer debate Kennedy-Nixon fue evidente el peso de la imagen y el carisma. Nixon era vicepresidente y tenía una mayor experiencia política, Kennedy era un joven senador por Massachusetts, pero conectó bien con la cámara, era bien parecido pero sobre todo tenía carisma y mostró, a través de su discurso, empatía con la gente. Nixon por el contrario no se veía cómodo, sudaba mucho. Los candidatos Kennedy Demócrata y Nixon Republicano sostuvieron cuatro debates. Al final Kennedy ganó la elección, el peso de la imagen era evidente. La televisión había llevado la política a los hogares de millones, durante su gobierno Kennedy fue el primer presidente al que siguieron las cámaras en diversos eventos durante su gobierno. La imagen y la persuasión mostraron su fuerza en los debates. Kennedy y Nixon debatieron en cuatro ocasiones. Inauguraron una nueva pera.

Sin embargo, después la elección de1960, pasarían tres elecciones presidenciales sin que hubiera otro debate (las de 1964, 1968 y 1972), años políticamente complicados por el asesinato del Presidente Kennedy, el movimiento por los derechos civiles de los afroamericanos encabezados por Martin Luther King y la guerra de Vietnam. La televisión acompañó aquellos dramáticos eventos e influyó en la política al acercar a la ciudadanía a los hechos, a los dramas, a la violencia, a la política a través de las imágenes. Fueron años de intensos sacudimientos sociales y políticos en Estados Unidos y en el mundo. La información a través de la televisión abrió una nueva era en la comunicación y las noticias.

Fue hasta la elección de 1976 cuando se reanudaron los debates de los candidatos presidenciales, en aquella ocasión debatieron, el Presidente Jimmy Carter que buscaba su reelección y el exgobernador de California, Ronald Reagan que ganó los debates y ganó la elección, debatieron en tres ocasiones. De 1976 en adelante, los debates se convirtieron en un evento permanente e insustituible en cada elección Presidencial. Mucho han cambiado desde entonces los discursos e igualmente los debates. Lo que no ha cambiado es su importancia, por el contrario se ha ampliado a través de Internet y de las redes sociales.

Trump posiblemente considere que tiene una ventaja como la tuvo Ronald Reagan en su debate con Carter, al conocer la televisión en su calidad actor de reality show. Jimmy Carter contendía por su reelección, tenía un discurso más completo y bien armado sobre los diversos temas del país. Pero Reagan tenía una ventaja a su favor que supo utilizar: era actor y una celebridad en el cine, pero también un hombre inteligente, con experiencia política como exgobernador de California, se movía de manera natural y confortable frente a las cámaras sin gesticulaciones y con la seriedad de quien está buscando la Presidencia. Carter perdió el debate y Reagan ganó la elección.

En 1992 hubo tres debates presidenciales en los que además de los candidatos Demócrata y Republicano participó el candidato independiente Ross Perot, siendo su participación irrelevante. La disputa estaba entre Bush y Clinton, el primero con la mayor experiencia política, el segundo también con experiencia pero sobre todo con un gran carisma y cercanía con la gente, lo mostró en el debate abierto a preguntas de ciudadanos. Bush no se mostraba cómodo al responder algunas preguntas, especialmente sobre la economía de la gente, Clinton se acecaba a la gente e interpretaba sus problemas. En algún momento Bush vió el reloj, lo que se vió como algo negativo.

La personalidad política de Trump que utiliza la confrontación y ha rebasado todos los límites, es muy distinta de la de Reagan que se apoyaba en la persuasión. , Interesante asomarse al primer debate del año de 1980 para ver la tranquilidad y el dominio de la escena que tenía Reagan. Por cierto hace unos días el hijo de Ronald Reagan afirmó que su padre nunca votaría por Trump, el candidato con menor experiencia política en la historia de las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Reagan sabía debatir y dialogar, baste recordar aquel primer encuentro con Mikhail Gorbachov en Ginebra que marcó el inicio del fin de la guerra fría y que fue, por cierto otro evento mediático y televisivo histórico.

Los debates previos a la elección presidencial, son de hecho, parte del proceso electoral en Estados Unidos. En el segundo debate para la elección presidencial de 2016 hoy domingo, Clinton y Trump tendrán un nuevo formato, en el que la mitad de las preguntas a los candidatos serán hechas por ciudadanos participantes, votantes no comprometidos, que fueron seleccionados por la encuestadora Gallup Organization. La otra mitad de las preguntas las formulará un moderador con la finalidad de que sean abordados los intereses más amplios del público, reflejados en medios sociales y otras fuentes. Se trata de un debate singular en medio del proceso electoral que ha alcanzado los mayores niveles de confrontación negativa asumida por el Partido Republicano a través de su candidato. El carisma, no está vinculado a la stamina sino el poder de convencer.

Los televidentes y los que verán el debate en otras pantallas podrán observar la relación entre la política, el poder, el dinero y la propaganda. Estarán en juego, a través de la imagen, la persuasión y la confrontación. Esperemos que triunfe la política de la persuasión.

Periodista y analista internacional.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses