Mientras están a todo lo que dan las noticias y reacciones sobre la captura en Guatemala de Javier Duarte de Ochoa, el gobierno federal volvió a aplicar la estrategia del día que desapareció el ex góber: se hizo de la vista gorda. Ahora con la esposa de Duarte.

A pesar de tenerla enfrente, las autoridades no se inmutaron. Ayer voló. Se fue con su familia a Londres.

Nuevamente desatendieron la denuncia informativa del portal Animal Político, el cual dio a conocer las posibles conductas delictivas de la señora y su círculo cercano, que por lo menos deberían ser investigados. Así como la averiguación previa abierta en Veracruz con motivo de la bodega donde se encontraron objetos y notas que señalan a Karime.

Si no existe un cambio profundo seguiremos siendo víctimas y testigos de los nauseabundos excesos de esta clase política.

Continuaremos viendo fotos como la que recorre redes sociales y medios de comunicación. La del 1 de diciembre de 2012.

Es la fotografía del día que Enrique Peña asumió la Presidencia de la República.

Ahí posan los gobernadores que hoy están detenidos, los que enfrentan proceso, los que tienen orden de aprehensión, los denunciados, los fugados y los señalados. Los Duarte (Javier y César), Rodrigo Medina, el químico Granier, Borge, Ángel Aguirre, Juan Sabines, Fausto Vallejo, Torre, Sandoval, Anguiano, Moreira, Cué… En el centro, portando la Banda Presidencial, Enrique Peña Nieto.

Algunos todavía abrazan sueños presidenciales. Como los priístas Eruviel Ávila y José Calzada, el panista Rafael Moreno Valle, o el perredista Graco Ramírez.

Es el grupo de mandatarios cuya cita con la justicia comenzó, en gran medida, gracias al trabajo de periodistas independientes y de investigaciones internacionales.

Es la generación de los pactos, de la infiltración, de los narcogobiernos, de los conflictos de interés, de las cuotas y cuates, del saqueo, de los excesos, de la corrupción.

Pero lo peor (y lo más importante a considerar) es que se trata de un grupo donde Javier Duarte no es la excepción. Donde fugas, pactos e impunidad, —como apunta el caso Karime—, son posibles.

Es el retrato de un México herido a nivel estructural.

RAZONES Y PASIONES 1: Hablando de la acción de la justicia exterior como detonadora de cambio, el procurador Raúl Cervantes reservó por cinco años datos de los sobornos de Odebrecht a funcionarios mexicanos, pero el expediente internacional se abre en junio. Así que no habrá reserva que valga.

RAZONES Y PASIONES 2: Ante cuestionamientos, el presidente Peña se aventó la desafortunada frase de la semana: “No hay chile que les embone”.

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