Cubierto de pies a cabeza para poder entrar a donde son atendidas víctimas de la explosión del tianguis de pirotecnia de San Pablito, en Tultepec, el gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila, hace Facebook Live.

Ahí narra que se encuentra en el hospital de Alta Especialidad de Zumpango supervisando que los pacientes sean bien atendidos. Enfatiza que está “en instalaciones de primer mundo”. Que, por obvias razones, no mostrará rostros pero que es importante ver “el equipo tan profesional que se tiene”.

Un doctor Flores habla de la mujer de 30 años que yace en la cama totalmente cubierta con el 80% del cuerpo quemado. Su estado es “extremadamente grave.” Eruviel hace votos para que se restablezca ya que “estamos aquí atendiéndole como debe ser”, dice. Inmediatamente, no pierde oportunidad para repetir y girar la cámara: “Vean ustedes los aparatos que tenemos son de primer mundo”. Le pide al doctor una explicación de su funcionamiento.

Fuera de la línea telefónica de asistencia y el lugar donde se puede donar sangre, la información valiosa en ese video es escasa. El recorrido continúa con el tono propagandístico inicial.

El doctor notifica que ahí permanece otra señora de 80 años, que ya empezó a orinar y se ha estabilizado. En ese momento Ávila celebra que México tenga muy buenos médicos y nuevamente enseña los “aparatos de punta”.

Cuando el gobernador sale de la zona de atención se quita el cubre bocas para mostrarse junto a los parientes de heridos. Comenta que los servicios hospitalarios no tendrán costo. “Que sepan que vamos a apoyar a los locatarios… con mucho cariño… algo muy importante que les he ofrecido, que esta fuente de empleo que se tiene no la pierdan… desde luego con los protocolos y medidas de seguridad”, menciona.

Me pregunto si son las medidas que prometen siempre. Las que han ocasionado una y otra vez explosiones en ese lugar. Apenas el 12 de diciembre el propio Instituto Mexiquense de la Pirotecnia presumió que era el mercado de fuegos artificiales más seguro de Latinoamérica.

Al final de la transmisión, Ávila Villegas lanza bendiciones y una frase cruel: “Hay quienes todavía no identifican a su familiar, piensan que están desaparecidos. No es que están desaparecidos, es que más bien no es fácil la identificación en este caso de las personas que llegaron a perder la vida”.

Eruviel se equivoca.

La intención de acumular poder es inversamente proporcional a acciones sensatas de políticos.

Y en el Edomex se hallan en juego las próximas elecciones y la aspiración del mismo gobernador a la candidatura Presidencial.

Pero una cosa es subirse a la ola de un festejo, como los XV años de Rubí, y otra a la de una explosión mortal ocasionada por la negligencia, ineptitud y/o corrupción gubernamental.

Mientras escribo estas líneas se reportan ya 35 personas fallecidas. No hay aún detenidos. Enrique Peña Nieto hace un recorrido. ¿Adivinen en dónde? Sí, en el hospital de Alta Especialidad de Zumpango.

@elisaalanis

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