Lleva más de 280 días editándose y distribuyéndose sólo entre personajes de alto nivel. El diseño es limpio, estético, sin pretensiones. Hay mucho más texto que imagen y las secciones se respetan todos los días. El logotipo es sobrio, con los colores patrios, a los que se le suma un acentuado gris que se reproduce en la tipografía. No lleva directorio, pero se sabe que detrás está el jefe de Comunicación Social de Los Pinos, Eduardo Sánchez.

Tiene unas cuantas páginas. La primera aborda casi enteramente la noticia que para el gobierno federal es la más importante del día: resume los hechos, recoge con comillas las voces sobre el tema, y ofrece siempre cifras, datos duros que tienen que ver con ese asunto a destacar. Al calce, la “Agenda del día” anuncia qué va a hacer el presidente Enrique Peña Nieto en la fecha de publicación.

Las segunda y tercera páginas están ocupadas por la sección “Acciones”, donde la administración presume actos de gobierno: programas económicos, sociales y de seguridad; avances en sus cumplimientos; entrega de obra pública; propuestas oficiales; población beneficiada; actos oficiales; posicionamientos de México frente a acontecimientos internacionales. Todo aquello que tiene que ver con cosas concretas de las que se está ocupando el gabinete.

Finalmente, en las páginas cuatro y cinco aparece “Lo que otros dicen”, un compendio de opiniones favorables al gobierno emitidas por periodistas e intelectuales. El objetivo, me dice uno de los involucrados en su elaboración, es “subir el estado de ánimo de los funcionarios, que a veces en sus síntesis de información se topan con puras opiniones y reseñas negativas”. Lo que busca es generar temas de conversación positivos para la administración Peña Nieto: “¿viste lo que escribió tal o cual sobre la economía…?”.

Este sencillo diario se llama En Línea. Su distribución es sobre todo digital, pero también hay ejemplares impresos en hojas tamaño carta. Llega a los teléfonos digitales y las oficinas de decenas de funcionarios de alto nivel en el equipo del presidente de México.

Su historia data de la campaña de Enrique Peña Nieto a la Presidencia, cuando entre los más importantes colaboradores suyos circulaba un documento llamado “El chícharo”, en referencia al audífono-apuntador que se emplea en transmisiones de televisión para escuchar a una persona que no aparece en pantalla.

La meta de “El chícharo” era mantener informados a los involucrados en la campaña sobre las posiciones oficiales del candidato, su agenda y la manera de responder a los cuestionamientos. La guía detallaba qué decir ante cada asunto de coyuntura.

Ya en gobierno, “El chícharo” se volvió “En Línea”, que es de alguna manera la línea que deben procurar en materia de comunicación social los funcionarios, al tiempo que a través de éstos intenta incidir en la conversación pública.

Un ejemplar de En Línea puede ser consultado en www.carlosloret.com

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