El jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, ha dejado escapar la oportunidad envidiable  que representó el apoyo electoral de más del 63%  de los votos con el que llegó a su cargo, y hoy su aspiración para alcanzar Los Pinos se presenta complicada.

A continuación exponemos algunas de las contradicciones de  imagen y comunicación política, que afectaron la aprobación entre los capitalinos.

Cuando en diciembre de 2012 Mancera tomó posesión de su actual cargo con el mensaje de “Decidir Juntos”,  hizo pensar que  durante su gobierno se mantendría cerca de la ciudadanía, pero no fue así.

Para comprender la correlación entre su aprobación y desaprobación, consideremos que la población capitalina es una de las más interesadas, exigentes y participativas  de México.

Ya el director de comunicación del ITESM, Fernando Gutiérrez, señaló que medidas como el aumento a la tarifa del Metro y el  programa Hoy No Circula, ¬con la limitación de circulación en los fines de semana,  no fueron bien recibidas por  la población capitalina, pero ¿por qué?

La razón es simple: no hay mejor forma de generar molestia en los ciudadanos  que agraviando a su bolsillo. En un país donde la economía no marcha bien, un aumento  --y más cuando las condiciones de la Línea “Dorada” obligaron a detener su funcionamiento-- resulta perjudicial, electoralmente hablando, al combinarlo con la restricción del uso del automóvil.

Mancera también se comprometió a generar “Más y mejor seguridad”,  pero hoy tras casos como la desaparición de jóvenes en el Bar Heaven y  el multiasesinato en la colonia Narvarte (por mencionar algunos), todo se resume a una cifra: 50% de los ciudadanos opina que  el principal problema que enfrenta la Ciudad de México es la Inseguridad/Violencia. (Encuesta El Universal 2015).

En una estrategia  planificada, el político debe ser consciente del contexto del territorio que gobierna para evitar ir  en contracorriente con la ideología colectiva.  La capital del país ha sido considerada la metrópoli por antonomasia de las manifestaciones, por el concepto progresista que enarbola.

Por ello suena lógico que Mancera haya mencionado el objetivo de ampliar y consolidar los derechos, pero  lo anterior se perdió cuando intentó regular las manifestaciones, en un medio donde sobran las asociaciones, organizaciones y activistas,  respaldados por un gran número de electores que pugnan por la libertad de manifestación y el respeto a los derechos humanos.

A las complicaciones que representan la inseguridad y la movilidad, se suma la situación partidista: por más que el jefe de Gobierno  ha tratado de mantener una distancia con el PRD, éste fue uno de los principales apoyos en su candidatura, sin embargo, las condiciones han cambiado.

Las  disputas internas, la falta de liderazgo y  la  pérdida electoral que tuvo en las pasadas elecciones frente a Morena, desprestigian a los dos por igual, pero inevitablemente reducen la capacidad de maniobra del Jefe de Gobierno, a tal grado que ha considerado la opción de una candidatura independiente.

Su comunicación social no ha redituado en puntos a  favor, pues él mismo  reconoció que no ha podido mejorar la percepción de su gobierno, y ésto se debe a que no ha explotado los medios  digitales como las redes sociales,  pues ya  el experto en imagen y comunicación José  Antonio Sosa Plata apuntó que en el DF se registra una intensa actividad en dicho rubro, por lo tanto ignorarlo es estar en desventaja.

Un estudio revela cómo en sus tres primeros años de gestión, AMLO y Ebrard tenían mejores balances que los que hasta ahora tiene Mancera,  y aún con esto, ninguno de los dos logró llegar a la Presidencia (BGC Excelsior, 2015).

Su desaprobación general  es de 50% contra un 26% que lo aprueba. La respuesta más mencionada al cuestionar sobre cuál ha sido su mayor logro fue “Ninguno” con 37%. El 79% de los encuestados consideró que los problemas del DF lo están rebasando. (El Universal, 2015).

Y es que cuando el día se ha convertido en noche, ni la reapertura total de la línea 12 (tras 20 meses), ni los cambios en el gabinete (después de una derrota electoral), ni siquiera llevando asistencia médica a casa de los capitalinos, alcanzan para una eventual y grandiosa recuperación, para ello necesitaría mucho más.

A pesar de todo, ¿Mancera tiene probabilidades de hacer un buen papel en los comicios de 2018, si alcanza la candidatura presidencial?

En conclusión, faltando menos de tres años para la contienda presidencial, con una estrategia contradictoria y las cifras en contra, nos hacen predecir que Miguel Ángel  muy probablemente será candidato del PRD ante la ausencia de competidores reales, pero ciertamente con pocas posibilidades.

Facebook: MIGUEL DELGADILLO

Twitter: @mike_delgadillo

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