Hillary repunta en las encuestas, con 45%, mientras Trump va con 42%, de acuerdo con el sondeo New York Times/CBS News Poll. La contienda está muy cerrada, Trump podría ganar. El caballo de batalla de Trump sigue siendo que habrá fraude y desconocerá los resultados si Hillary Clinton gana. Pero entre sus seguidores 6 de 10 dicen que aceptarán los resultados de la elección; casi una cuarta parte dice que no los aceptará si gana Hillary Clinton y 40% considera que no serán bien contados los votos electorales. ¡¡Lástima Trump!! Su estrategia del fraude se desgasta.

Las campañas se intensifican en los últimos días. Barack Obama conmueve apoyando a Hillary Clinton en Florida, el mayor de los “swing states” con 29 votos electorales. La víspera un concierto de Jennifer López aglutina audiencia demócrata. Trump vuelve a mentir y dice que Sanders dejará a Hillary, mientras éste hace campaña llamando al voto por ella en Carolina del Norte, estará en Iowa y hará campaña el fin de semana. Hillary dirige su estrategia hacia respuestas a los ataques de trumpistas desde el “cuarto de guerra”, pero sobre todo va por el voto de las mujeres y las minorías, su fortaleza.

Diez estados aún no definen si su voto será mayoritariamente demócrata o republicano, las campañas se aceleran en la recta final. Entre los estados en disputa se encuentran Pennsylvania (20 votos electorales), Ohio (18), Carolina del Norte (15), Virginia (13) Wisconsin (10), Colorado (9).

La trae mal el magnate-candidato-republicano, ya que al finalizar la contienda los medios comienzan el balance sobre las características de su campaña: históricamente considerada una horrible campaña presidencial, desgastante, la miran con disgusto los estadounidenses, llena de mentiras y vulgaridades, odios racistas... Donald Trump imprime su sello.

Del otro lado del Atlántico, el diario francés Liberation se interroga si el sueño americano se ha convertido en pesadilla. No dan crédito a todas las mentiras, las cosas absurdas, la ignorancia de Trump… alguno decía que cuando Trump trata de explicar algo es como un niño de quinto año que trata de hacer un resumen de un libro que nunca leyó. El prestigiado semanario inglés The Economist con importante circulación internacional, hace cualquier cantidad de críticas políticas a Trump, y aunque no vota en las elecciones de Estados Unidos, su voto hipotético afirma sería por Hillary Clinton. Para los medios europeos Trump es lo más oscuro, sorprende lo bajo que ha llevado
a la política en las campañas presidenciales estadounidenses, su lenguaje extremo, su falta de respeto por la democracia, su ausencia de ideas, su racismo y misoginia, los insultos a los militares estadounidenses.

Como lo hacen en cada elección, los periódicos en Estados Unidos se pronuncian y recomiendan al candidato de su preferencia, dan sus razones y llaman al voto. En 2016 el pobre businessman-candidato queda en la miseria: sólo un periódico lo apoya, todos los demás apoyan a Hillary Clinton, incluso hay dos que hacen un antiapoyo: con el lema de “no voten por Trump”, y sólo 13 no se pronunciaron. Entre los diarios que apoyan a Hillary Clinton se encuentran varios que siempre apoyaron a los republicanos y nunca a un candidato demócrata a la presidencia.

Trump no lo soporta, se justifica y dice que se trata de una “conspiración.” ¡Así de grande es su narcisismo y su autocrítica! Un horror para el pobre businessman que queda en la miseria frente al abrumador apoyo de la prensa a Hillary Clinton.

Y a cinco días de las elecciones llegó la hora de los balances. El diario The Washington Post retoma algunos temas que durante 16 meses han escrito columnistas e invitados que combatieron a Donald Trump: con todas sus mentiras, enojos, insultos, vulgaridades, desatinos. Veremos los balances.

Periodista y analista internacional

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