China dio a conocer recientemente los datos económicos del primer semestre del año, y varios indicadores han superado lo previsto: el crecimiento económico del primer y segundo trimestre alcanzó 6.9% y el aumento del Índice de Precios al Consumidor se registró en 1.4%; se incrementaron en un 19.6% las importaciones y exportaciones de mercancías y crecieron las reservas de divisas por cinco meses consecutivos; se registraron 7.35 millones de nuevos empleos urbanos, y creció el ingreso disponible per cápita a un ritmo superior al PIB. Todos estos datos, que muestran la tendencia al alza de la economía china, se deben a la transición de los motores tradicionales a los nuevos y a la reforma e innovación.

Los nuevos motores están convirtiéndose en la fuerza motriz más importante para el crecimiento de la economía de China, que está comprometida con la estrategia de desarrollo impulsado por la innovación. Por ejemplo, China realizó el vuelo inaugural del avión C919 de propiedad intelectual independiente y creó la primera computadora cuántica del mundo. Su nueva generación de trenes-bala empezó a circular, integrando diferentes normas técnicas y su sumergible Jiaolong cumplió sus misiones de inmersión.

La economía compartida, la economía de plataformas, las industrias de alta tecnología y otros nuevos motores, que de momento contribuyen con 30% a la economía china, han incentivado el consumo, respaldado el empleo y promovido la modernización de las industrias tradicionales, siendo locomotoras para el futuro desarrollo económico del país.

En los últimos años, China ha venido profundizando sus reformas, hecho que inyecta nueva vitalidad al desarrollo socioeconómico. Frente a los problemas surgidos en el desarrollo, China presentó oportunamente cinco medidas de reforma claves: recorte de la capacidad productiva excesiva, disminución del inventario, desapalancamiento, reducción de los costos corporativos y mejora de los puntos débiles, promoviendo la transformación de los viejos motores a los nuevos.

Gracias a la reforma por el lado de la oferta, en los primeros seis meses del año, aumentó la utilización de la capacidad productiva industrial, se redujeron las superficies de las viviendas en venta, disminuyó la tasa de deuda corporativa y los costos, y se aceleraron las inversiones en las áreas relativamente débiles como la protección medioambiental, obras hidráulicas, educación y transporte.

La estable transición entre los motores tradicionales y nuevos se debe a la sólida implementación de las cinco medidas de reforma mencionadas, pero igualmente requiere de valor y perseverancia. Frente a los cambios en las existentes reglas, órdenes e intereses, generados por esta transición, solamente adhiriéndose a la profundización integral de la reforma, al mejor funcionamiento del papel del gobierno y a que el mercado juegue un rol decisivo en la distribución de recursos, se podrán reducir los costes, reequilibrar la estructura económica y lograr los nuevos motores para el impulso económico.

Los hechos han mostrado que la economía china ha venido estabilizándose y se está a la expectativa de una evolución más positiva en el futuro. China está experimentando el constante reajuste y optimización de su estructura económica, y ha entrado en un momento crítico para la expansión de sus nuevos motores de crecimiento. El mayor riesgo será el estancamiento en el desarrollo y la reforma. Si se puede roer el hueso duro y superar la zona de aguas profundas, la economía china, dependiendo de los dividendos de la reforma, escribirá un nuevo capítulo de estabilidad y avances.

Embajador de la República Popular China en México

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