Fueron nueve meses de un conflicto que el deporte mexicano pudo evitar con una mejor planeación o sin la terquedad de algunos políticos del deporte de realizar eventos sin el sustento para llevarlos a cabo. Finalmente, la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) y la Federación Internacional de Natación (Fina) llegaron a un acuerdo tras el penoso caso por la cancelación del Campeonato Mundial de Natación que se celebraría en Guadalajara el próximo año.

Se trata de un resultado sin precedentes en contra de una federación internacional y que puede marcar un nuevo camino para el deporte, pero además tiene que ser un aprendizaje para que el gobierno del país y de los estados no se dejen envolver por aquellos personajes que prometen eventos como éste y que sólo ven por el beneficio propio. Ahora, claro, han salido personajes que se tratan de adjudicar este triunfo de escritorio, cuando fueron parte del problema que lo originó.

No hay que dejarnos engañar, este logro es única y exclusivamente de la Conade. El pasado 6 de septiembre, en un receso en la audiencia entre la Fina y la Conade, abogados de ambas partes llegaron a un acuerdo y México ya no tendrá que pagar los cinco millones de dólares que solicitaba la federación internacional por la cancelación del Mundial. Aunque en realidad la cantidad que se “rescató” es de 7.5 millones de dólares, 2.5 que no se habían pagado por el concepto de derechos más los cinco millones de multa. Este convenio, además, anula cualquier suspensión para la Federación Mexicana de Natación en eventos organizados por la Fina.

Muchas personas se preguntan por qué la Conade y el licenciado Castillo no han emitido un boletín oficial y “celebrado” este acuerdo. La razón es porque será hasta dentro de quince días, más o menos, cuando el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS por sus siglas en francés) testifique y dé por terminado el caso de manera oficial.

Sin embargo, en Jalisco hay quien se quiere colgar esta “medallita” y no tardó en cacarear lo ocurrido y pretender que fueron ellos los que arreglaron una situación en la que, justo cuando se estableció la multa por parte de la Fina, siempre doblaron las manos. Se trata de la gente del deporte de Jalisco, que no tardó en quererse hacer pasar por el héroe de esta situación, cuando está claro que el arreglo no fue por su gestión. También hay que aclarar que, como siempre, el Comité Olímpico Mexicano tampoco hizo nada por defender los recursos de nuestro deporte y la dignidad de nuestros atletas.

No se trata de echarle porras a Castillo ni mucho menos, pero hay que reconocer que la postura que tomó en febrero de este año sirvió para no pagar una multa que se había heredado por la terquedad de Bernardo de la Garza —titular de la comisión al momento de firmar el contrato para realizar el Campeonato Mundial— y lo timorato que fue Jesús Mena quien, como aspirante a un puesto en la Fina (era parte del Comité Ejecutivo), siempre dobló las manos en el caso.

Lo más importante para los atletas mexicanos es que, tras recuperar esta relación con la Fina, ya no tendrán que pasar por momentos tan tristes como el que vivió Rommel Pacheco, quien después de ganar oro en la Copa Mundial de Clavados cantó a capela el himno nacional por la suspensión impuesta en ese momento. Una imagen que no se debe repetir por los errores de algunos dirigentes y su mal trabajo. Todavía hay muchas cosas que arreglar en el deporte mexicano pero, por lo pronto, la Conade ya se quitó un peso de encima.

Profesor

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses