El Chicago Tribune publicó que Dewey había derrotado a Truman en los comicios de 1948. Lo primero que aprenden los estudiantes de Periodismo es: jamás, en el afán de ser el primero, divulgar algo que todavía no ocurre. Con el triunfo asegurado, Truman apareció en todos los periódicos mostrando la primera plana del periódico con el encabezado: “Dewey defeats Truman”. Se suponía que sería su obituario político. En esta última elección algo parecido estuvo a punto de suceder si hubiera aparecido el mismo encabezado “Hillary defeats Trump”.

En esta página escribí con pesar que Trump ganaría la elección. Nate Silver, el gurú mundial de las encuestas, siempre señaló que Hillary sería la ganadora. Hasta el último día en que, más cuidadoso, dijo que su triunfo era probable, pero no seguro.

El triunfo de Trump enfrenta a México con la incertidumbre: ¿Cumplirá sus promesas? ¿ Edificará el muro? Deportará a millones? ¿Clausurará el TLCAN? ¿Impondrá gravámenes a las exportaciones mexicanas?

El vecino tiene prioridades que atender en tanto resultan, sin ser más importantes, más urgentes e inaplazables que las de México. Estados Unidos puede vivir meses sin ocuparse de la nueva relación, pero México debe intentar nuevas reglas y acuerdos con el vecino, si se lo permiten. No es una figura decir que el país ya estaba de cabeza antes del triunfo republicano.

Ante los ataques de Trump nadie en el gobierno hizo algo. A nuestros vecinos latinoamericanos, con quien supuestamente nos unen lazos fraternales, les pasó de noche. Cuando México había sido un referente de la dignidad frente a los estadounidenses, (defendiendo a Cuba por dar un ejemplo), ningún país levantó la voz para condenar los ataques. Otros países más poderosos, España por razones históricas casi filiales, Japón o Alemania, que han sido invitados a hacer negocios en México, vieron con total indiferencia la brutalidad de las acometidas. Canadá, el otro socio, cuyas empresas están tan activas en sacar el oro de las minas mexicanas, guardó parsimonioso silencio.

Paradójicamente el único país que alzó la voz en defensa de México y los mexicanos fue Estados Unidos. En México no se entendió, ni valoró, la visita a Los Pinos del vicepresidente Biden para atemperar y hasta disculpar los ataques de Trump. En el fondo vino a decirnos: “eso piensa Trump, pero no es el sentir de Estados Unidos”. La jugada de alta política del presidente Obama tuvo como respuesta, sólo que de baja política, la incomprensible invitación presidencial a Trump.

No será una tarea fácil para la diplomacia mexicana. No obstante, tanto los Poderes Judicial y Legislativo podrían integrar un frente común. El Poder Legislativo tiene un capítulo en la Ley Orgánica del Congreso y en el Reglamento del Senado y de la Cámara de Diputados que prevé la Diplomacia Parlamentaria y las Relaciones Internacionales. El Senado tiene una conexión más cercana con los temas internacionales. La Constitución lo faculta para analizar la política exterior y ratificar al secretario de Relaciones Exteriores, a los embajadores y cónsules. La tarea internacional de las cámaras legislativas se realiza con sus contrapartes del mundo. El diálogo, la negociación, el estudio, la confrontación y conciliación de posiciones y los eventuales acuerdos entre cámaras legislativas tienen un impacto sobre la política exterior.

En cuanto al Poder Judicial, deberían impulsarse con mayor ímpetu las relaciones internacionales de la Suprema Corte. Tras la aparición del Consejo de la Judicatura Federal, en los últimos años del siglo XX, se dio un impulso notable a la relación del Poder Judicial de la Federación con poderes judiciales de otros países, particularmente de España y Estados Unidos. En cuanto a Estados Unidos, existió una relación interesante entre los jueces federales “hispanos”, con los integrantes del Poder Judicial de la Federación.

Había escrito un artículo festejando el triunfo de Hillary Clinton con la disposición de comerme mis palabras por haber vaticinado equivocadamente la victoria de Trump. La suerte está echada, la amenaza se cumplió y no pude comerme mis palabras.

Investigador Nacional en el SNI.
@ DrMarioMelgarA

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