Justicia, hueso duro

Algunos de los más fervientes constitucionalistas de antaño son ahora los detractores de la Constitución de la Ciudad de México. No obstante, la nueva Constitución es una oportunidad jurídica para avanzar políticamente. La paradoja es que antes de nacer la pretenden abortar.

Los Diálogos por la Justicia Cotidiana derivaron en iniciativas presidenciales presentadas al Congreso. Para preparar sus iniciativas el presidente Peña Nieto aprovechó trabajo histórico de instituciones académicas como la UNAM y el CIDE. El capítulo de la iniciativa relativo al Poder Judicial incidirá sobre lo que los constituyentes de la CDMX decidan sobre la justicia. Ésta es “un hueso duro de roer”, ha dicho Porfirio Muñoz Ledo. De aprobarse la iniciativa, modificará a los poderes judiciales del país. Es claro el intento por uniformar las cosas en el país, pero no puede olvidarse que México es una República federal en la que la diversidad es su mayor riqueza. ¿Unidad o diversidad?, de eso se trata.

Sustentada en una encuesta del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM en 2015 (Los mexicanos vistos por si mismos) se pretende resolver lo que los mexicanos ya sabían sobre la justicia: corrupción, tráfico de influencias, procesos tardados, falta de recursos y mala administración.

Las líneas de esta reforma son la creación de un Sistema Nacional de Impartición de Justicia, del que todavía no se sabe mucho, pero que no debería emular a la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), club de mandatarios estatales en que admiten a todos, hasta al de Veracruz que perdió las elecciones y a lo mejor, hasta su libertad.

La iniciativa obligará a los estados del país a crear, si no lo han hecho, consejos de judicatura que tengan a su cargo la administración, vigilancia y disciplina de los poderes judiciales. Los consejos habrán de establecer las reglas para la designación, ratificación y adscripción de los jueces y magistrados estatales. Entre las reglas está que para ser juez o magistrado se requiere participar y ganar los concursos de oposición. Los concursos para los jueces serán abiertos (cualquiera puede acceder), mientras los de los magistrados serán concursos cerrados. Se antoja que se agregue la posibilidad de que algunos concursos de oposición para magistrados sean abiertos, tal vez fijar un porcentaje. Los concursos cerrados como todo lo cerrado resulta sospechoso.

La academia ha venido insistiendo desde hace años (Héctor Fix-Zamudio), en la necesidad de la unificación de la jurisdicción. Las iniciativas recogen este principio que evitará que sigan proliferando tribunales a modo: laborales, agrarios, de menores, universitarios, fiscales, administrativos, electorales, de paz, etcétera. No obstante habrá que ir con calma, pues no es lo mismo encargarle al Tribunal Superior de Justicia de Tlaxcala los asuntos laborales de la entidad que al Tribunal Superior de Justicia de la CDMX, ya de por si hipertrofiado.

El Tribunal Superior de Justicia de la CDMX es probablemente el tribunal más grande del mundo. Estas son cifras de 2015: expedientes ingresados 298 mil 324; procesos iniciados 219 mil 802; procesos concluidos 204 mil 817; sentencias ejecutoriadas en juzgados 41 mil 408; audiencias celebradas 218 mil 434; y acuerdos 4 millones 995 mil 925. Para tener una comparación la Suprema Corte de Estados Unidos lleva entre 70 y 80 casos anualmente.

Con los cientos de miles de asuntos laborales que llevan las juntas de conciliación y que se le pretenden incorporar se puede generar una tragedia judicial Es claro que todos los mexicanos son iguales o deberían serlo, pero dejando fuera la demagogia, no es igual el tamaño de los tribunales superiores de Campeche o Colima respecto al de la CDMX.

Los constituyentes capitalinos tendrán que ajustarse a lo que ordene la Constitución general, que ahora y siempre, con todo y sus cien años a cuestas, va primero. Pero cuidado con hacer leyes en laboratorios académicos sin conocer que pasa en la barandilla y en los archivos de expedientes.

Comisión Redactora de la Constitución de la CDMX.

@DrMarioMelgarA