Corría 1996, primer año del panista Sadol Osorio como presidente municipal de Culiacán, era gobernador de Sinaloa el ingeniero Renato Vega Alvarado. Ismael Bojórquez Perea, entonces era el jefe de información del periódico Noroeste, del cual yo era su director general.

Ismael llegó un día a mi despacho con una caja de copias fotostáticas de documentos y me dice que son copias de recibos del Ayuntamiento de Culiacán de periodistas que supuestamente cobraban en el trienio del doctor Gómez Campaña y me propone publicarlos. Le dije que no, que necesitábamos consultar con el director editorial, Refugio Cuco Haro y que además yo no me atrevería a publicar una información tan delicada teniendo un paquete de copias fotostáticas; le dije que yo necesitaba tener a mi vista los originales de dichos documentos. Bojórquez se molestó ante mi negativa, pero a los días regresó a mi despacho con otro paquete de documentos, ahora sí, originales y con firma autógrafa.

Inmediatamente se los envié, ambas cajas, a un notario público, para que certificara los documentos. Con copias certificadas y exigiendo que se entrevistara a los periodistas cuyos nombres y supuestas firmas aparecían, para que expresaran su verdad, autoricé la publicación. ¡Obvia decir que se hizo un desmadre!

A los pocos días de la publicación se recibieron amenazas contra Ismael Bojórquez. Inmediatamente pedí cita con el señor gobernador Renato Vega, al tiempo que le plantee a Ismael que tendría que sacarlo del estado y esperar a que se enfriarán las cosas.

El gobernador me recibió y le informé que se habían recibido amenazas contra Ismael, “por lo que a partir de hoy, que ya está informado, lo hago responsable de lo que pueda pasarle a Ismael, por lo que usted haga o deje de hacer”. ¿Y de quién sospechan? Me preguntó Renato. “No sé”, le dije, pero tiene que ser alguien de la lista, contesté. “Con la pluma que se harten, pero a mí no me tocan a un colaborador”. Efectivamente, con la pluma se hartaron.

A Ismael lo saqué del estado, y le pedí a Juan Guerra Ochoa que me ayudará a conseguirle una entrevista a Ismael con el subcomandante Marcos del EZLN. Se consiguió y se publicó. Ismael regresó al terruño, andaba trabajando… no andaba huyendo, fue el mensaje.

El asesinato de Javier Valdez Cárdenas es un golpe certero y demoledor para Río Doce, pero también para el gremio periodístico y la sociedad sinaloense. “El gordo” no tenía problemas con nadie, no era conflictivo, no tenía enemigos. Lo describe bien “Gris” su esposa, cuando nos dice que Javier era el hombre más imperfecto, pero tenía un corazón del tamaño del universo.

Cuando leí la columna de Altares y Sótanos de Ismael Bojórquez del día 21 de mayo de 2017, donde narra cómo se metieron en el semanario en medio de los dimes y diretes de dos grupos criminales, me surgieron muchas preguntas y dudas:

1. Si Javier corría peligro, ¿por qué no lo sacaron oportunamente del estado y no se habló con el gobernador Quirino Ordaz? Ismael había trabajado con Quirino en el periódico El Demócrata de Mazatlán, por lo que tenía confianza y acceso al gobernador.

2. Si el semanario fue requisado por el hampa en su edición del 19 de febrero por un grupo del crimen organizado que no quiso que se publicara la versión de El Licenciado, ¿por qué pasaron tres meses para matarlo con pistolas?

3. En Sinaloa es conocido que había periodistas y medios de comunicación investigando la corrupción del sexenio de Malova. El mensaje al matar a Javier Valdez es brutal: “son mortales”. Javier era el periodista sinaloense con mayor proyección y reconocimiento nacional e internacional. “Si matan a Javier, nos pueden matar a cualquiera”, me dijo un periodista.

En el sexenio de Juan S. Millán mataron al licenciado Jorge Chávez Castro, suegro de Alfonso Durazo, entonces secretario particular del presidente Vicente Fox, para mandarme un mensaje a mí que era el director de Noroeste. En el sexenio de Malova mataron al periodista Humberto Millán mandándole un mensaje al gremio periodístico en una carambola de varias bandas.

Hoy mataron a Javier, ¿quiénes lo mataron? y ¿para quién es el mensaje? Esperemos que su asesinato no quede impune, ni su muerte sea en vano.

Diputado federal independiente.
@ ClouthierManuel

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