Recuerdo perfectamente la mañana del 27 de septiembre del 2014. Carmen Aristegui, entrevistaba al presidente municipal del municipio de Iguala Guerrero. El edil declaraba con cierto acartonamiento y cinismo -de ese que ya estas acostumbrada en los políticos-, que no sabia ni tenia nada que ver con la desaparición de mas de 40 estudiantes el día anterior. En aquel momento yo, como la mayoría de los mexicanos no entendía los alcances de la desaparición de aquellos jóvenes normalistas y como pondrían en jaque al estado mexicano en todas sus expresiones. Los 43 partieron el gobierno de Peña Nieto en un antes y un después, acabaron con su percepción internacional como hombre de estado, cambiaron el rostro de la participación ciudadana que se reavivo en México y definitivamente, los 43 me cambiaron a mi en lo personal.

Mientras la PGR declara vergonzantemente en vísperas de los dos años de desaparición de los jóvenes, que esta ha sido “la investigación penal más trascendente, exhaustiva y con el uso de tecnología de punta en la historia de la procuración de justicia en México”, aún no tenemos certeza de nada y hoy hay mas preguntas y mas confusión que esa mañana del 27 de septiembre del 2014.

Ayotzinapa es la historia hilada de errores que evidencia la incapacidad y frivolidad de este gobierno. Cosas tan básicas como que no se hizo un protocolo de  búsqueda de personas desaparecidas vivas en las primeras 72 horas; a el desdén de dejar  la investigación inicial en manos de la procuraduría del Estado, que no solo contamino, si no que falseo información. Se dio inmunidad política en acuerdo con la izquierda al ex gobernador Ángel Aguirre; al ex procurador del Estado, Iñaki Blanco -cuya salvación es saber mas de lo que debe-;  y al “empresario” transportista mas importante de la zona -cuya fortaleza es manejar los viajes entre Guerrero y Chicago, con todo lo que ello implica-.

La PGR de Murillo Karam tomo casi 10 días después el asunto con futilidad. Las líneas de investigación siempre fueron deterministas y fantasiosas –fosas, narco, el basurero, la gran fogata-. Se ha negado por parte del gobierno en complicidad con el PAN, que esta es una Desaparición Forzada y como consecuencia un delito de lesa humanidad. Pero el error y el encubrimiento institucional mas sospechoso, se da con la protección del batallón 27 del ejercito mexicano, alegando soberanía y seguridad nacional y dejando siempre la duda de  ¿qué esconde el ejercito?

Los padres -en su mayoría indígenas en pobreza extrema- que iniciaron una búsqueda legitima de sus hijos y han sido inqebrantables por dos años, han sido re victimizados y criminalizados poniéndolos como delincuentes o revoltosos frente a la opinión publica. Al propio Presidente le llevo mas de un mes recibirlos y fue exhibido por su falta de liderazgo moral en el tema.

Y como olvidar la madre de todas las equivocaciones: la verdad histórica. Una historia fantástica insostenible y absurda que se pretendió vender a los mexicanos. La historia de Murillo, tiene incontables lagunas legales y de investigación y fue demolida por sus inconsistencias y falta de rigurosidad científica.

Frente al fracaso del estado mexicano por hacer justicia, la ayuda internacional  dejó en evidencia la falta de capacidad de la PGR y lo parroquial de este gobierno; que al no poder controlar a los señalamientos internacionales, con un ego disfrazado de nacionalismo, trataron de desacreditar a los expertos internacionales. Esto solo nos valió una critica internacional  generalizada  y mas profunda. Los 43 se convirtieron en el fantasma que sigue al presidente en todas sus giras internacionales.

Si la critica internacional fue mal manejada, la interna peor. Mientras miles de mexicanos se manifestaron pacíficamente, la indignación de la gente fue reprimida, victimizada, caricaturizada y agredida en sus propios espacios de expresión. Recuerdo haber visto en las marchas carriolas, niños, ancianos, parejas jóvenes; miles de hombres y mujeres, de todas clases sociales y económicas que salieron a la calle sin presiones, con gran indignación y con una preocupación valida, ¿qué pasara cuando vengan por mi? ¿qué pasara si fueran mis hijos? A pesar de ello, el gobierno reprimió estas expresiones pacificas primero con la policía, como lo hizo el 20 de noviembre del mismo 2014  y luego vandalizando las marchas, sembrando provocadores para que la gente dejara de participar.

La conclusión es sencilla, porque el problema es grande: el rompecabezas de esa noche del 26 de septiembre de 2014 sigue sin ser completado; la PGR, no tiene una línea clara de investigación,  esta enredada en sus propias verdades históricas y sus complicidades al tiempo y si es cierto que ha utilizado todos sus recursos materiales, humanos y de capacidades para atacar la investigación ¡el chiste se cuenta solo!

A mi los 43 me cambiaron porque me mostraron lo que puede hacer el poder para defenderse a si mismo, sin importar los partidos políticos, me dejaron ver  la soberbia de un Estado incapaz de gobernar en la diferencia, en la exposición. Pero también me mostraron la ocasión que se muestra frente a nosotros: ¿Estamos dispuestos a que pasen otros dos años de falsas verdades? ¿Se burla la PGR de nosotros con este comunicado, que cataloga a ésta como la investigación penal mas trascendente,  y exhaustiva de la historia de México? ¿ Nos merecemos esta burla o piensa el gobierno mexicano que somos estúpidos? ¿Qué pasaría si estos fueran tus hijos? ¿Que estamos dispuestos a hacer para exigir y recibir justicia? ¿Actuamos o solo nos quejamos? Esa es la oportunidad a la que nos enfrentamos, hacer algo o quedarnos tan solo como espectadores de nuestro presente y nuestro futuro..

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