“La geografía nos ha hecho vecinos. La historia nos ha hecho amigos. La economía nos ha hecho socios y la necesidad nos ha hecho aliados”. John F. Kennedy

El pasado 8 de noviembre se dio la esperada elección de presidente de Estados Unidos, en la que, para sorpresa de no pocos, se impuso el discurso del odio, la ignorancia, la xenofobia y el desprecio a los demás, resultando electo Donald Trump. Esto ha dejado un panorama muy complejo para nuestro país, y considero que lo mejor que podemos hacer es no confiarnos y prever los escenarios que podríamos tener en los próximos años. Aun faltan dos meses para la toma de posesión y los daños a nuestra economía y nuestra confianza son ya mayúsculos.

La relación con Estados Unidos nunca ha sido fácil; sólo hay que voltear los ojos hacia atrás y revisar la historia para darnos cuenta de todo lo que, para bien o para mal, ha sucedido con nuestra relación. El discurso antisistema de Trump, incapaz de generar propuestas coherentes, se ha enfocado en buena medida en contra de nuestro país en temas que mucho tienen que ver con la buena marcha de nuestra economía y con nuestra relación bilateral, convirtiéndose en una verdadera amenaza para México.

Por si esto fuera poco, la apuesta de México durante los últimos años ha sido la integración de nuestra economía. Somos uno de los países que tiene más tratados de libre comercio. Ahora pareciera que el mundo va al revés: primero el Brexit en el Reino Unido, y ahora el triunfo de Trump. En muchas partes del mundo se comienza a culpar al libre comercio de todas las calamidades. Ese discurso tiene éxito porque la gente está hastiada de los políticos de los partidos tradicionales, de los parlamentos, de todo lo “establecido”. La gente percibe que es ahí donde está el problema. No podemos ser ingenuos, el riesgo que corremos en México es enorme.

¿Qué debemos hacer? ¿Cómo le hacemos para enfrentar como país la amenaza que Trump representa? No podemos predecir el futuro pero sí prepararnos mejor para enfrentar los riesgos. Estamos muy al pendiente de lo que pueda hacer Donald Trump y poco ocupados en lo que podemos y debemos hacer nosotros para lograr un gobierno lo suficientemente fuerte para enfrentarlo. La pelota también está en nuestra cancha.

México está inmerso ya en un proceso de sucesión adelantada, 2018 está a la vuelta de la esquina. Es indispensable que el nuevo gobierno tenga un respaldo mayoritario para enfrentar la dura relación con el vecino del norte. Es tiempo de establecer en nuestra legislación electoral mecanismos como la segunda vuelta, para tener un Presidente con el más amplio respaldo ciudadano posible. Es hora también de pensar en los gobiernos de coalición, que ya están regulados en la Constitución y aportarían un mayor equilibrio y una mejor relación entre los Poderes Legislativo y Ejecutivo. Seguimos enfrentando como país el reto de cómo hacer para que la voluntad de la mayoría de los ciudadanos se traduzca de manera efectiva en mejores gobiernos que vendrían a aminorar los riesgos que se avizoran.

México enfrenta una de las pruebas más duras de su historia. El mensaje que nos llega del norte es muy claro y requerimos de un gobierno fuerte para hacerle frente. La mejor manera de lograrlo es con un mayor apoyo ciudadano. Sólo así podremos hacer frente a la amenaza que representa el tener un gobierno hostil que, no nada más es nuestro vecino del norte a lo largo de más de tres mil kilómetros, sino que además es por mucho el país más poderoso de la tierra. Vivimos sin duda tiempos desafiantes, más nos vale que estemos preparados.

Abogado.

@jglezmorfin

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses