La semana pasada, el recién nombrado secretario de Hacienda y Crédito Público, José Antonio Meade, entregó en la Cámara de Diputados para su análisis, discusión y posterior aprobación, el llamado Paquete Económico para el año 2017. La Cámara de Diputados y, en lo que corresponde a la parte de ingresos, también la Cámara de Senadores, tienen enfrente un enorme desafío: evitar que la delicada situación económico-financiera internacional y sus efectos, impacten en demasía a nuestra ya de por sí mermada economía. En las últimas semanas, lo mismo en familia, en reuniones sociales o en el trabajo, hemos visto cómo la preocupación de la sociedad va en aumento respecto del futuro de nuestra economía y en general de nuestro país; el pesimismo ha ido avanzando a pasos agigantados.

Son muchos factores que han incidido: la caída internacional en los precios del petróleo; la desaceleración de la economía, no pasamos del 2.5% de crecimiento anual y no parece que la situación vaya a mejorar en los próximos dos años; el aumento desproporcionado del endeudamiento del sector público que ya trajo como consecuencia la reducción de la calificación de la deuda del país, de estable a negativa, por parte de las calificadoras Standard & Poors y Moodys; la devaluación de nuestra moneda, durante la semana el dólar rebasó los 20 pesos; el déficit en la cuenta corriente que se ha agrandado de forma alarmante, en gran medida, por la caída en los ingresos por nuestras exportaciones petroleras; el preocupante aumento de la inflación y lo adverso del escenario, que ya obligó al Banco de México a aumentar, en menos de un año, en un punto porcentual la tasa de referencia; la muy lamentable y costosa invitación a Donald Trump que tanto ha indignado a la población; y, muchos etcéteras más. Pareciera que la economía mexicana se sitúa en uno de sus peores momentos. Los augurios son negativos y muy poco alentadores. Los enormes retos que tenemos enfrente deben de atenderse con sentido de urgencia.

Considero que el Congreso tiene la enorme responsabilidad de aprobar una Ley de Ingresos acorde con la situación que se está viviendo, y la Cámara de Diputados deberá aprobar un Presupuesto de Egresos para 2017, que reactive el crecimiento económico y que responda a las demandas sociales de empleos bien remunerados y de bienestar, que tanta falta hacen. Lo que la gente está percibiendo es que no vamos por el camino correcto, de ahí el desánimo y el pesimismo. Los mexicanos también estamos pidiendo, no nada más que tengamos finanzas públicas sólidas, sino que haya una efectiva rendición de cuentas y que los recursos sean utilizados con eficacia y transparencia. Estamos pidiendo, también, acabar con el derroche, la discrecionalidad, la corrupción y la impunidad en el sector público, que tanto ha minado la confianza de los ciudadanos. México necesita deshacerse de ese lastre para crecer y crear empleos.

No hay ninguna duda que 2017 será un año complicado. Nuestra economía enfrentará grandes retos que pondrán a prueba al gobierno. El Congreso tiene en sus manos la oportunidad de que los malos augurios se conviertan en hechos positivos. Tenemos un gran país en un entorno indudablemente complejo. El Paquete Económico, que seguramente sufrirá importantes ajustes, deberá de servir para que México crezca y lo haga de manera competitiva y vinculada a la economía global. Por eso es indispensable que cada quien asuma su responsabilidad y tomar decisiones firmes para equilibrar nuestras finanzas públicas. El Poder Legislativo tiene la enorme oportunidad de convertirse, sin falsos triunfalismos, en un factor real de progreso para México.

Abogado

@jglezmorfin

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