El día de hoy, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, tiene agendado para su discusión un proyecto del ministro Arturo Zaldívar que propone se declaren inconstitucionales los artículos 235, 237, 245, 247 y 248 de la Ley General de Salud. La resolución tiene como propósito que no se considere como un delito la producción de marihuana para consumo personal.

Más allá del derecho humano de la persona a decidir sobre su propia vida, considero que, por ser un tema que afecta también los derechos humanos de toda una sociedad, deben de tomarse en cuenta también muchos otros factores. Quiero simplemente poner sobre la mesa tres ideas en torno al tema que me parece se deben considerar:

La primera de ellas es que todo lo relacionado con la política sobre las drogas debe tratarse desde una perspectiva internacional. Si una industria ha sabido aprovechar las ventajas de la globalización ha sido precisamente la de la producción, tráfico y venta de drogas. Por ello, las respuestas ante esta realidad ya no pueden tomarse de manera aislada por cada país. Cualquier cambio en la política nacional de drogas por parte de un país se verá impactado e impactará el mercado de drogas a nivel regional e incluso global. Si hablamos de posibles cambios en los paradigmas sobre las drogas en México y en otras naciones, tenemos que considerar sus repercusiones internacionales.

La segunda idea que quiero poner sobre la mesa es que el tema de las drogas exige una visión integral. No se trata, todos lo sabemos, de un asunto que se agote en el ámbito de la seguridad. Es un tema que a nivel macro, tiene aristas de salud pública, economía y política. Y, que a nivel micro, tiene también que estudiarse desde la perspectiva de la sociología, la cultura y la psicología. Por eso sería muy positivo escuchar las opiniones de los especialistas de cada una de las materias.

La tercera idea que quiero compartir es que, en el tema de las drogas, antes de pensar en soluciones, tenemos que ponernos de acuerdo en qué queremos. Como sociedad, nos hace falta establecer un diálogo franco sobre qué es lo que consideramos “éxito” para, a partir de ahí, diseñar las leyes, políticas y decisiones que nos permitan alcanzar nuestro propósito colectivo. Cada alternativa de política de drogas implica costos y beneficios que deben valorarse objetivamente, tenemos que reconocer que no hemos dado pasos importantes con ese fin. Hace mucha falta un gran debate nacional sobre el tema.

Cuando hablamos de drogas no sólo estamos hablando de decisiones individuales, políticas públicas nacionales o negocios multinacionales que operan en un vacío valorativo. Cuando hablamos de drogas también estamos poniendo sobre la mesa perspectivas del mundo y de la sociedad cargadas de ideas, creencias, actitudes y valores.

Por eso es importante que nos preguntemos: ¿Qué sociedad queremos construir? ¿Cómo queremos que sea México en 50, 70, o 100 años? Todos queremos ver una sociedad más libre, más justa y más segura. Todos queremos ver una sociedad que avanza en paz, libre de la sombra de la violencia y la impunidad. Todos queremos ver a nuestra juventud vivir de manera sana, responsable y libre.

El gran reto que tenemos hoy es el de ponernos de acuerdo sobre las vías para hacer realidad esa visión. Sumemos nuestras voces a este diálogo colectivo. Abramos un espacio para debatir todas las alternativas con una mente abierta y un espíritu propositivo. Considero que el Poder Legislativo debe de ser el espacio adecuado para ese diálogo.

Lo que hoy se resuelva en la Suprema Corte de Justicia de la Nación será histórico y marcará el destino de la política de drogas en nuestro país y, sin duda, marcará también el destino de México. Sería conveniente, desde mi punto de vista, que una decisión tan trascendente fuera tomada después de una amplia discusión sobre el tema con la participación activa de la sociedad.

Abogado.

@jglezmorfin

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