A diferencia de otras colaboraciones mías en este espacio editorial, en esta ocasión quiero plantear mi preocupación por el tema del calentamiento global y los efectos que provoca sobre una importante zona del territorio mexicano: Cuatro Ciénegas, Coahuila, también catalogada como el “Laboratorio de la Evolución”.

El Cambio Climático es uno de los problemas actuales más importantes a enfrentar, pues de la mano de ello, vienen escasez de alimentos, hambre, pobreza y guerra por espacios y los recursos naturales, tal como lo sostiene el doctor Rajendra Pachauri, Nobel de la Paz 2007, y con quien tuve la oportunidad de coincidir la semana pasada en un encuentro donde se abordaron la importancia y dimensión de este fenómeno, así como la necesidad de tomar acciones urgentes con políticas públicas y decisiones legislativas y de gobierno.

En los últimos cuarenta años, la extracción de agua fósil para el riego de ranchos de alfalfa está arrasando con el Valle de Cuatro Ciénegas, región donde —de acuerdo con investigaciones científicas— hace más de 3 mil 800 millones de años, pequeñas bacterias convirtieron el bióxido de carbono en oxígeno, para dar origen a la vida en la Tierra.

Para este caso particular, los biólogos de la UNAM, Valeria Souza y Luis Eguiarte han investigado sobre este ecosistema por más de 15 años y han enfatizado que es fundamental generar conciencia (sobre todo entre las nuevas generaciones) respecto de la importancia y valor de esta zona del país no sólo en un sentido ecológico, sino también como un espacio con la capacidad de darnos la pieza clave para el tratamiento de enfermedades como el cáncer, o la solución al tratamiento de la basura.

El Valle de Cuatro Ciénegas ha sido testigo de extinciones masivas, eras glaciales, y es el hogar de miles de especies endémicas, las cuales están desapareciendo aceleradamente debido a la acción humana.

Para generar conciencia de esta alerta ecológica —de la cual todos somos responsables, de una u otra manera— tuve la oportunidad de ver una exposición del periodista y documentalista David Jaramillo, quien por cierto formó parte también del equipo de profesionales de esta casa editorial, EL UNIVERSAL, y emprendió la labor de documentar lo que ahí sucede y cómo se pierde velozmente.

Las fotografías que tuve la oportunidad de ver, permiten conocer de cerca la tragedia de esta reserva única en el mundo y, para procurar fondos, se ha buscado poner en venta dicho material en ediciones limitadas, a fin de concluir la post producción del documental que Jaramillo ha dedicado a esta joya ecológica de nuestro México.

Conocer el problema ecológico de Cuatro Ciénegas nos permite intervenir a tiempo para salvarlo y ser parte de un cambio en la manera en que nos relacionamos con la naturaleza.

Ante este contexto, el Partido de la Revolución Democrática debe mantener un compromiso y generar las condiciones y propuestas para apoyar a nuestras instituciones académicas y al cuerpo científico en lo que resulte necesario para fortalecer su labor y lograr resultados que reviertan esta adversidad que nos pone en riesgo —incluso— como sociedad.

Estamos ciertos de que el Cambio Climático es un eje que se debe abordar de manera transversal, ir más allá de las fronteras de los partidos políticos y —pese a la negativa del gobierno de Trump— tenerlo presente en todas las reflexiones de quienes tenemos un liderazgo partidario, cargo de representación popular, de servicio público y, sobre todo, quienes tenemos la responsabilidad de tomar decisiones ante quienes han depositado su confianza y futuro en nosotros.

Vicecoordinador de los diputados federales del PRD

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