Las buenas noticias no son noticias, por eso hay que rescatarlas. En nuestro país el desempleo se encuentra en el nivel más bajo de los últimos diez años. Ciertamente, muchos trabajadores son subocupados y la tasa de informalidad laboral es alta, sin embargo, algo es algo. El crecimiento al final de 2016 fue superior a las previsiones, a pesar de la adversidad.

Las Iglesias de EU y las universidades han proclamado su solidaridad con los migrantes. Las conferencias episcopales de México y EU apoyan a los migrantes frente a las medidas de D. Trump. Las Iglesias evangélicas dijeron que sus 22 mil templos serán lugares de asilo para los perseguidos por la policía. En una nueva “Cruzada por México”, la Iglesia católica ofrece “ayuda concreta y acompañamiento cercano a los migrantes, a través de sus múltiples centros de atención: albergues, comedores, caritas parroquiales y diocesanas, agentes de pastoral, redes eclesiales, voluntariado que recoge ropa y alimentos. Además impulsará alternativas que, a largo plazo, eliminen la migración acelerada y sin protección (…) Las conferencias episcopales (de ambos países) se estrechan en la meta común de alentar los esfuerzos existentes para crear una extensa red de defensa y servicios sociales a favor de los migrantes y de sus familias”. (Comunicado común.)

Hubo reuniones de obispos de los dos países, a mediados de febrero, y luego con los de Centroamérica, porque para las Iglesias, la solidaridad no se para en las fronteras. Si nos sentimos víctimas de las persecuciones, discriminaciones y expresiones de racismo en EU, no debemos olvidar que afectan a todos los latinos, no sólo a los mexicanos. Las Iglesias preparan un encuentro entre Canadá, Estados Unidos, México, Centroamérica y el Caribe.

Gustavo Verduzco, de El Colegio de México, en sus Notas y Estadísticas sobre Aspectos de la Relación México-Estados Unidos (4 de febrero de 2017) nos da noticias alentadoras: “Es curioso y patético saber que cuando los niveles de la migración indocumentada de México a EU han llegado a los niveles más bajos en 50 años, sea precisamente cuando D. Trump tenga la ocurrencia de querer poner un muro para detenerla”. Nos enseña también la importancia de los trabajadores temporales mexicanos que van legalmente al país vecino, y que, por lo tanto, “pasamos de una situación donde prevalecía la migración indocumentada a otra en que prevalece la documentada, lo que vuelve aún más absurdas los dichos y las pretensiones de D. Trump”.

El promedio anual de los últimos años fue de 250 mil trabajadores que contribuyeron de manera importante a los negocios agrícolas y de servicios de EU. Además de estos trabajadores “de baja calificación”, van a laborar legalmente personas con alta calificación acompañadas de sus familias: casi 400 mil visas al año. Esa cifra incluye también a los estudiantes, atletas y artistas. De modo que “lo que prevalece actualmente en términos laborales con Estados Unidos, es un flujo anual importante de trabajadores y trabajadoras legales… La actual contribución laboral legal de trabajo mexicano es sumamente importante, aparte de quienes han estado allá de forma más permanente”. (G. Verduzco).

Las mismas fuentes estadísticas del gobierno de EU manifiestan que el presidente Trump se equivoca cuando machaca que nos hemos aprovechado de su país y que México causa su déficit comercial. México es el segundo receptor de exportaciones estadounidenses. EU manda a nuestro país 16% de todas sus exportaciones, a China 8% y a Canadá 18%. El déficit comercial de EU que alcanzó el año pasado 666 mil millones de dólares es con China en un 48%, con la Unión Europea 20%, mientras que con México llega sólo a 9%. El gasto de nuestros turistas en EU representa casi 20 mil millones de dólares, más que lo que nos dejan todos los turistas del mundo. ¿Qué queda de las imprecaciones de Trump?

Investigador del CIDE.

jean.meyer@ cide.edu

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