“Hay un largo camino hacia
la libertad, pero vale la pena
descubrir que se puede llegar”.
Paloma San Basilio

Fueron cuarenta años de caminar por el desierto, entre espinas, dolores y sed, los que tuvieron que pasar Moisés y su pueblo para llegar a la tierra prometida.

Veintisiete fueron los años de prisión en la isla de Robben, que Nelson Rolihlahla Mandela tuvo que padecer para vencer el apartheid, que negaba derechos a mujeres y hombres por la sola razón del color de su piel.

Más de treinta y dos años de su vida invirtió Mahatma Gandhi por la libertad de su pueblo, la lucha pacífica por la conquista de los derechos de civiles, la independencia y la eliminación de la discriminación.

Noventa y cuatro años de lucha y trabajo son los que han transcurrido en México por la conquista y reconocimiento de los derechos políticos de la mujer.

Elia Carrillo Puerto, Raquel Dzib y Beatriz Peniche de Ponce, junto con Rosa Torre fueron las primeras tres diputadas al Congreso de Yucatán y regidora del Ayuntamiento de Mérida, quienes desde el sureste del país despertaron la llama de la esperanza en 1923, al ser electas en las urnas.

Hay un largo camino hacia la libertad —dice la canción que popularizó la cantante española Paloma San Basilio— pero ni Moisés, Mandela, ni Gandhi tuvieron un camino tan sinuoso, largo y difícil como las mujeres de México en la búsqueda de la paridad en la participación política.

Recordar que apenas hace 64 años se les reconoció a las mujeres el derecho para ir a las urnas a elegir a sus autoridades no debe ser motivo de celebración, sino recordatorio de la nefasta cultura machista que se niega a reconocer que las mexicanas tienen y gozan, por el solo hecho de ser personas, de las mismas prerrogativas que los hombres nacidos en esta tierra.

En esta la cuadragésima segunda conmemoración del Día Internacional de la Mujer, considerada a partir de su instalación en 1975 por la Organización de las Naciones Unidas, hay muchas acciones que reconocer y que deben ser motivo de aliento en este trayecto que tiene aún mucho espacio por recorrer.

En la 63° Legislatura del Congreso de la Unión estamos muy cerca de la paridad, ya que por primera vez contamos con 209 diputadas de los 500 integrantes, y una mujer diputada emanada de Acción Nacional preside los trabajos legislativos desde la mesa directiva.

Hemos construido instituciones con personalidad y patrimonio propio, como el Instituto Nacional de las Mujeres y sus correlativos en los estados de la República, que cada día velan por la protección de los derechos de las mujeres, y hemos fortalecido el marco jurídico para avanzar en la paridad de los derechos políticos de ellas.

Personalmente, tengo la satisfacción de encabezar la iniciativa de Ley para obligar a que el gabinete del Presidente de la República se integre obligatoriamente a 50% por hombres y mujeres, tal como lo hicimos en mi paso por el Congreso de Morelos.

Sin embargo, hay todavía un largo camino de andar; en el México de nuestros días hay acontecimientos que como seres humanos nos deben indignar. Me refiero a la violencia en contra de la mujer en todas sus formas, en particular a la lamentable multiplicación de los feminicidios, a la explotación sexual en forma de trata que se ha convertido en la esclavitud del presente siglo.

Sin duda, en el Día Internacional de la Mujer, aún hay un largo camino hacia la libertad.

Ex presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados

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