Golpazo de la justicia estadounidense a Apple, no en la reciente polémica contra el FBI y la creación de una llave para desbloquear cierto iPhone, sino en una cuestión menos mediática. Resulta que en algún momento entre 2009 y 2010, Apple acordó en lo oscurito con las editoriales Penguin Group, Simon & Schuster, Hachette Book Group USA, HarperCollins y Macmillan para conspirar en contra de Amazon y su tienda de libros electrónicos. Por aquellos años, Apple lanzaba su plataforma de libros electrónicos que denominó iBooks, y de la noche a la mañana en Amazon una buena cantidad de títulos que la librería digital ofrecía a menos de 10 dólares incrementaron, algunos, hasta los 14.99 dólares. Steve Jobs presentaría iBooks junto con su novedosa iPad de 499 dólares (el modelo básico); pero los libros electrónicos no podían costar lo mismo que en un Kindle (que en ese mismo 2010 se vendía por 139 dólares), los formatos en el iPad tenían “ventajas” sobre la tinta electrónica de los dispositivos de la competencia, y por eso sus libros no podían costar lo mismo, ese fue el argumento para justificar los precios en la iBookstore. Era obvio entonces que comprar un libro con ilustraciones, efectos visuales y otras monerías por 15 dólares era mejor que comprarlo, al mismo precio sólo por el texto, en un Kindle.

A causa de esos acuerdos entre Apple y las editoriales, mismos que el juez consideró “prácticas monopólicas”, la compañía que encabeza Tim Cook tiene que pagar una multa por 450 millones de dólares, de los cuales 400 irán directo a los consumidores (por supuesto no en metálico sino en electrónico). Estamos ante modelos de negocio diferentes: por un lado Amazon, que apostaba por malbaratar su Kindle y bajar precios de los libros a cambio de captar a las masas; y Apple, que encarece los contenidos de terceros para que adquieran un estatus acorde a sus caros productos.

La maniobra de Apple afectó poco a los consumidores mexicanos que no hemos entrado del todo en los esquemas de comercialización de libros a la manera que Amazon tiene en Estados Unidos; mientras que allá se estima que el consumo de libros electrónicos abarca 20% del total de lecturas, aquí, aunque lejos de ese porcentaje (que algunos estiman no mayor a 5 %), se descargan más de 700 mil ebooks al año, con un costo promedio de 130 pesos (que por cierto es el costo mensual de la suscripción a “lecturas ilimitadas” para Kindle en Amazon México); con esto, el mercado mexicano abarca 65% del total de América Latina. Un mercado que a pesar de ser tan pequeño en comparación con Estados Unidos y Europa, y a la poca penetración de dispositivos para lectura, genera un problema importante de piratería: las descargas ilegales anuales se cuentan por millones.

Por las prácticas despiadadas de Apple, sus costos elevados en productos y el interés parcial de Amazon y otras transnacionales por este mercado, se mantiene un hueco que no se han atrevido a llenar la industria e instituciones nacionales, ¿un hueco millonario en el sector cultural mexicano? Eso parece.

@Lacevos

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