Lo que sigue son citas o paráfrasis de algunos escritos de Carl Gustav Jung que tienen que ver con los leones.

Instrucciones para cazar un león. Según Marqus, rey de Egipto, se prepara una trampa con una piedra perfumada. El león huele la piedra desde lejos, la busca y cae en la trampa.

El león es una variante con pelo de la bestia con escamas que se llama dragón.

Los dos, el león y el dragón, están hechos de lumbre.

El león es otro nombre del sol, que es el otro nombre del deseo.

Cuando el dragón se devoró a sí mismo, se convirtió en león.

Los leones son una substancia arcana que se llama “tierra”.

Todo cuerpo es de león.

El león es un animal solar porque su piel es dorada.

Bien mirado, el león trae puesto el desierto.

El león puede ser sulfuro blanco o sulfuro sulfuro rojo. Cuando el león tiene alas es de sulfuro blanco; cuando no tiene alas, es sulfuro rojo. Cuando los dos sulfuros se juntan, el león se convierte en el sol.

Cuando los leones son verdes son de bronce.

Abu’l Qasim pensó que el planeta Venus era un león verde.

Los leones suceden a las seis de la mañana.

La piedra que el león husmea es una piedra-mujer. La trampa bajo la que se pone la piedra-mujer está cubierta por un techo de cristal. El interior de la trampa se llama “cucurbita” o “tálamo”, es decir que es una recámara nupcial.

Según Honorius de Autun, el león es el Anticristo porque lo único que hace es coger, comer y dormir.

El león y el pavorreal representan a la concupiscencia.

El dios Mitra es leontocefálico: tiene cabeza de león.

En los rituales mitraicos, los sacerdotes rugían como leones.

El venado representa al alma. El unicornio representa al espíritu. El bosque representa al cuerpo. Cuando el alma y el espíritu se pelean, se convierten en leona y en león.

Cuando una reina está preñada, se trae un león, se le hace una herida y la reina bebe la sangre del león. Al mismo tiempo, el león bebe la leche de la reina. Esta es una identificación del león con el Cristo, que a cambio del amor de su madre entrega su sangre en martirio.

Gregorio el Grande dice que el Cristo es “catulus leonis”, es decir, un león cachorro.

Al amanecer, el sol es un león cachorro; al atardecer, es un león viejo.

San Agustín mira al Cristo como león y cordero, para indicar su doble naturaleza de Dios y de hombre. En tanto que león, es animal de la luz, el “Rey Glorioso”; en tanto que cordero, es la víctima sacrificial de sí mismo.

Beber sangre de león equivale a beber esencia de león. La sangre de león sirve para amainar la lujuria.

La constelación del León es la del más atroz calor y, por tanto, la del deseo más intenso.

La Diosa egipcia Sekhmet tiene cabeza de leona: es la forma delirante del Sol (Ra) cuando es más caliente y está al mediodía.

Cuando un león se manifiesta en las pesadillas, es necesario armarse de valor, enfrentarlo y decirle: “¡Bueno, ven y cómeme y ya!”. Si no se tiene el valor, procede llamar a la Madre.

El león cae en la trampa de la misma forma que cae un novio en la recámara nupcial. En esa recámara está la piedra-mujer que es buena para los ojos. La mujer está recostada sobre una cama de carbón encendido. Cuando el león entra a la trampa es devorado y entonces ya nada queda de él.

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