Como siempre, lo circunstancial opaca el fondo. Como siempre, el afán de crítica, niega avances estructurales. Como siempre, se quiere hacer de una golondrina, todo un verano.

La Ronda Uno, concluida el día de ayer por la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) para asignar contratos a través de subasta abierta para la exploración de nuevos yacimientos en aguas someras, lejos de ser un desaire, para mí fue un éxito. ¿Por qué?

Primero, porque se realizó con acuciosa transparencia.

¿Cuándo habíamos visto que se transmitiera por televisión y en vivo por internet la asignación de contratos multimillonarios en materia petrolera?

Segundo, porque de los catorce bloques subastados, hubo ofertas internacionales en once de ellos.

Ello da muestra de la confianza internacional en México.

Tercero, es alentador saber que de los once campos subastados, se adjudicaron dos.

Lejos de ser un desaire, la adjudicación de los campos 2 y 7, al consorcio integrado por la empresa mexicana Sierra Oil and Gas, la estadounidense Talos Energy y la británica Premier Oil, es clara muestra de que la razón para no adjudicar los otros nueve, fue la defensa de los intereses de México. Muy mala experiencia hubiera sido, malbaratarlos.

Cuarto, porque los dos campos adjudicados, entregarán a México alrededor del 80% de sus utilidades.

No porque haya concluido la exclusividad de Pemex en la industria de los hidrocarburos, México dejará de percibir una enorme renta económica por su explotación, sin ceder soberanía.

Lo anterior, sin que el gobierno federal se endeude o invierta recursos públicos que son utilizados para educación, cultura y salud, por ejemplo.

Quinto, porque todo el riesgo lo asumen las empresas ganadoras de la subasta.

La exploración requiere grandes inversiones y riesgos que muchas veces resultan totalmente infructuosas. México no ha ampliado su plataforma petrolera con reservas probadas por falta de inversión en exploración.

No hubo desaires. Lo que sucede es que las condiciones internacionales del mercado petrolero son muy distintas, hoy, que hace un año.

El precio del crudo ha bajado más del 50%, desestimulando la inversión en esta industria.

El importantísimo acuerdo para la paz mundial con Irán, también representa una oferta futura adicional en el mercado petrolero que presiona los precios hacia abajo y, entre otros factores más, la economía china ha debilitado la demanda petrolera.

Otro tema a considerar, es que Estados Unidos, principal cliente de Pemex, ha invertido exitosamente en investigación y desarrollo energético, con dos consecuencias: el uso masivo de energía limpia y la explotación de yacimientos de shale gas lo que está convirtiéndolo en exportador neto de petróleo y gas.

Lo que hay que ver con optimismo, es que a partir de la experiencia de la Ronda Uno, se está fincando un sistema, que debemos garantizar, mantenga la soberanía, que siempre defienda los intereses de México, que aumente la renta petrolera para los mexicanos y que logre mayor transparencia, en un sector con una corrupción histórica más negra que el petróleo.

Presidente ejecutivo de Fundación Azteca.

@EMoctezumaB

emoctezuma@tvazteca.com.mx

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