El negocio de la limosna

En México no está prohibida la mendicidad, como sí lo está en algunos países. Quien recurre a esa práctica puede haber sido orillado por las circunstancias a pedir dinero en la calle. Pero también existe la otra cara de la moneda, documentada, de organizaciones que con un enfoque de negocio lanzan a niños a la calle para hacerlos mendigar. Aunque la distinción no es fácil, las autoridades tendrían que estar a la caza de dicha práctica, pues mientras la actividad siga siendo rentable, habrá también demanda de infantes con fines de lucro.

Un caso en particular parece ya institucionalizado. La “colecta” es el nombre que recibe en Huitzilan de Serdán y en otros municipios de la Sierra Norte de Puebla. Consiste en la costumbre de ir al DF a ejercer la mendicidad en los vagones del Sistema de Transporte Colectivo. De acuerdo con una investigación recopilada por este diario, dicha actividad fue implantada por la agrupación Antorcha Campesina desde los años 90.

Es fácil reconocerlos: viajan en grupos de decenas de personas, trasladados en camiones, hacia los puntos de “colecta”. Durante el día piden dinero y en la noche recurren a un alojamiento, pagado por alguien a quien los propios trabajadores de la mendicidad no quieren o no pueden identificar.

Aquiles Montaño Brito, jefe de prensa del Movimiento Antorchista en Puebla, dice que su grupo no es el “responsable histórico” de imponer la costumbre de campesinos de ir al DF a ejercer la mendicidad.

El hecho es que hay alguien responsable. ¿Qué tendrían que hacer los gobiernos para localizar a quienes reclutan menores de edad y los usan luego con fines de mendicidad? Antecedentes de acciones en el mundo existen.

El 28 de diciembre de 2010 fue arrestado en Bangladesh el líder de una pandilla dedicada al secuestro de infantes para luego ponerlos a pedir dinero en la calle. Las evidencias surgieron gracias a la unión de un grupo de activistas de derechos humanos con una televisora local, quienes se encargaron de desenmascarar al grupo criminal. En enero de este año 190 personas fueron arrestadas en Arabia Saudita tras un operativo policial. Cincuenta de ellos eran niños. Se descubrió que los adultos usaban reportes médicos falsos y cajas vacías de medicamentos para simular enfermedades que sus supuestos hijos no tenían. Se reunió la evidencia siguiendo los movimientos del grupo durante semanas. Hoy mismo se anunció la desarticulación de una banda internacional de trata en México y en Estados Unidos.

Es difícil, mas no imposible, terminar con la mendicidad forzada de menores. Sólo es cuestión de animarse a hacerlo y no temer a la reacción de quienes perderán dinero por ello.