Luego de las airadas reacciones de distintos actores políticos ante los cerrados resultados en dos de las elecciones estatales realizadas el pasado domingo 4 de junio —las de los estados de México y Coahuila, que para Morena y el PAN, respectivamente, carecen de legitimidad y por lo cual han anunciado que las impugnarán—, ayer ante reporteros los doce integrantes del Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) expresaron su posicionamiento ante lo que consideran son “medias verdades”, “ruido, especulación y estridencia” pronunciados al calor del proceso electoral, en palabras del consejero presidente, Lorenzo Córdova Vianello.

En un loable ejercicio de transparencia al salir a informar para no alimentar con el silencio la enorme especulación y desconfianza hoy existentes, las consejeras y consejeros expusieron que cada incidente es importante en sí mismo y merece investigación y la acción legal de la autoridad competente, y que no se desdeñarán denuncias sin más, pero tampoco se darán por buenas cuando no haya pruebas que las sustenten.

En este tenor, Córdova Vianello afirmó, sin hacer referencia directa a Morena, que la acusación sobre un presunto fraude en la elección del Estado de México es simplemente “descabellada”.

El INE además se comprometió —y esto es algo que habrá que atestiguar y a lo que se deberá dar seguimiento debido al gran escepticismo ante los resultados en el Edomex y Coahuila— a ser “implacable” e imparcial en la fiscalización de gastos de campañas y en la investigación de las 52 quejas de los partidos políticos, de las que, aseguran los consejeros, se perfilarán las sanciones que resulten de las investigaciones ya en curso.

Y es que, tras unos comicios tan cerrados y competidos, cuyas campañas estuvieron llenas de mutuas acusaciones y guerra sucia, y de los que por lo mismo ya se esperaba su judicialización, será crucial el canal de comunicación que el órgano electoral establezca con los propios partidos en disputa, pero sobre todo con la ciudadanía, para reafirmar y consolidar su autoridad moral como ente garante de la democracia mexicana, hoy tan cuestionada. Sin embargo, como también expresara el consejero Ciro Murayama, “denunciar sin probar es algo inaceptable viniendo de actores políticos que son poderosas maquinarias”.

Es indudable que las leyes e instancias electorales están una vez más a prueba; sin embargo, el que en el Edomex y Coahuila se haya dado una contienda tan reñida, con márgenes de victoria estrechos y competencia real, no representa un problema, sino al contrario: es evidencia de salud democrática. Ésto, empero, también pone a prueba la fortaleza y la capacidad técnica de las autoridades electorales. Y en esas estamos...

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