“Un buen periódico es una nación hablándose a sí misma”, afirmó el dramaturgo estadounidense, Arthur Miller. Un diálogo interior colectivo que significa tener presentes eventos cercanos y lejanos que, juntos, conforman la agenda de nuestra vida pública.

Por estos días, en México implica que se cumplen dos años de lo sucedido en Ayotzinapa; que toma posesión quien fue electo gobernador en Quintana Roo; que se realizará una audiencia sobre la situación jurídica del principal capo del narcotráfico apresado y podría resolverse su extradición a Estados Unidos; que en aquel país se realiza el primer debate entre candidatos presidenciales; que después de cuatro años de negociación, se firma el histórico acuerdo de paz entre el gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias; que se celebran el Día Mundial del Turismo y la Semana Nacional de Transparencia; que en el Estado de México el gobernador presentará su quinto informe de gobierno; y que finalizan los foros de consulta acerca del Modelo Educativo, entre tantos asuntos de interés nacional.

Esta semana se singulariza, en medio de tanto acontecimiento relevante, porque el 1 de octubre de 1916, hace prácticamente 100 años, circularon en las calles, 60 mil ejemplares de ocho páginas, a un costo de 40 centavos, del primer número del periódico EL UNIVERSAL.

No fue casualidad que, al igual que el México moderno, este periódico haya nacido tras la revolución. Movimiento social que aspiraba a alcanzar la justicia social y a abrazar la democracia. Su fundador, el ingeniero Félix Fulgencio Palavicini, fue diputado al Congreso Constituyente y emprendió la iniciativa con el propósito de convertir al naciente medio de comunicación en vocero de aquella asamblea refundacional y dar palabra a los postulados emanados de la Revolución Mexicana.

En el centenario de la publicación y la víspera de la conmemoración por los 100 años de la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, es pertinente recordar que la primera edición publicada de nuestra Carta Magna, se imprimió en las máquinas de EL UNIVERSAL.

En 1921, el diario adoptó el lema que más parece una descripción: “El Gran Diario de México”. Publicación cotidiana que, encabezada desde hace 47 años por Juan Francisco Ealy Ortiz, ha tenido la destreza de adaptarse a la vertiginosa dinámica del país, y ha tenido el acierto de mostrarse abierta a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, de suerte que además de los 180 mil ejemplares que se imprimen y distribuyen cada día en todo el territorio nacional e incluso fuera, su sitio de Internet es uno de los que más tráfico reportan en el mundo, con 18 millones de usuarios únicos al mes, más de 100 millones de visitas en el mismo periodo, con un récord de 28.14 minutos de navegación promedio por usuario; más de 4 millones de seguidores en Twitter y 3 millones de “likes” en Facebook.

Si como afirmó Benito Juárez, “la emisión de las ideas por la prensa debe ser tan libre como es libre en el hombre la facultad de pensar”, a 100 años EL UNIVERSAL ratifica que no sólo es un gran diario, sino un gran protagonista de la consolidación democrática de México.

Coordinador de los diputados del PRI

@CCQ_PRI

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