Si a alguien le interesa presenciar la furia del leviatán mexicano no tendrá que esperar mucho. Ya se acerca un importante año electoral, con la renovación de trece gubernaturas, y la posibilidad de que en algunos estados surjan bloques opositores capaces de derrotar al PRI encrespa al poderoso aparato priísta. Y es que una cosa es la pugna retórica y otra es la guerra por el poder. A veces uno puede hacer declaraciones periodísticas en contra del PRI-gobierno y salirse con la suya, pero cuando busca arrebatarle el control territorial —eso que manejan sus gobernadores, señores de arca y cuchillo (tesorerías y procuradurías)— recibe una respuesta implacable. La bestia empieza a mostrar los dientes. Hasta ahora no es más que eso, gruñidos de advertencia, pero ya está en posición de ataque.

Como le dije antes en este espacio, júzguelo usted. Vea dos ejemplos que voy a darle y piense si hay o no un intento de desacreditación de las alianzas opositoras de amplio espectro que como presidente del PRD he propuesto. En conferencia de prensa una reportera de La Razón me preguntó —cito la transcripción— en alusión al PAN: “¿Si llegan… a una alianza con ellos van a seguir con su agenda de los temas de la marihuana, el aborto y matrimonio gay, ya que ellos están en contra?”, a lo cual respondí que Morena tampoco comulga con esos temas perredistas y que en las alianzas de gobierno se tiene que ceder: “Siempre dos partidos políticos o más… se sientan y ponen sobre la mesa sus prioridades; en sus agendas hay cosas que no coinciden, y se decide, se logra… un programa común y se pactan alianzas”. De esta respuesta, en la que me referí en términos generales al acoplamiento temático que se realiza en todo el mundo a la hora de hacer coaliciones, el periódico saltó a la siguiente cabeza en su nota de ocho en primera plana: “Renuncia PRD al aborto y bodas gay por aliarse al PAN en 2016”. Así nomás, olímpicamente, el diario decretó que el partido ha decidido “renunciar” a esos dos puntos específicos. Después entraron a escena varios columnistas escandalizados por el “pragmatismo” —recientemente ha brotado en México una fiebre de pureza ideológica— y llamaron al perredismo a derrocarme por semejante despropósito. No me refiero a Pablo Hiriart —si un día dejara de golpearme me preocuparía mucho, porque significaría que estoy haciendo lo que el PRI quiere que haga— ni a Raymundo Riva Palacio —me injuria atribuyéndome actitudes que en su trayectoria él ha practicado con maestría, y de las cuales sobran evidencias—, sino a otros no tan conocidos. El equipo de nado sincronizado suma nuevas promesas.

Va el otro ejemplo. En mi visita al grupo parlamentario del PRD en el Senado, la primera de un presidente del partido en mucho tiempo, fui recibido con cordialidad y calidez por el senador Barbosa. Varios de sus compañeros hicieron uso de la palabra, todos en actitud respetuosa. Uno de ellos manifestó su discrepancia con las alianzas —no incluyo aquí al senador Ríos Piter, porque su proverbial flexibilidad lo hace inmune a las rigideces que obligan a mantener decisiones y posiciones políticas— pero todos reconocieron la importancia de un acercamiento que se da tras desencuentros previos. Vamos, fue una reunión bastante tersa. Pero en varias notas periodísticas se dijo que me “llovieron” reclamos, que me “vapulearon” por la posibilidad de aliarnos con el PAN. Ah, y que salí huyendo del lugar para evadir una rueda de prensa, cuando nadie me la pidió formalmente y yo había citado al Comité Ejecutivo Nacional a las 10:30 am en Benjamín Franklin, hora a la que apenas salía del Senado. Por cierto, al día siguiente fui a Zacatecas; la aerolínea canceló mi vuelo y tuve que tomar otro que salía dos horas después a Aguascalientes y de ahí irme por carretera a mi destino. Obviamente llegué tarde. Alguien en la prensa nacional dijo entonces que acostumbro dejar plantados a los reporteros. ¡Ah no, bueno!

Estamos en vísperas de elecciones y del tamaño del miedo del PRI a las alianzas opositoras y de los intereses que están en juego serán las mentiras y los ataques para descarrilarlas. Para la fiera es temporada de caza.

Presidente nacional del PRD.
@abasave

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