El intento de asesinato contra el presidente venezolano , Nicolás Maduro , ha generado una vez más dudas sobre la supervivencia de su gobierno, en medio de los esfuerzos de la oposición para consolidar un frente unido y una crisis económica rampante , que devasta al país sudamericano.

Después de 20 presuntos golpes y ataques fallidos contra Maduro desde que ascendió al poder en 2013 como el 63 mandatario de Venezuela, en reemplazo del desaparecido líder revolucionario Hugo Chávez , según su propio conteo, la comunidad internacional recibió con escepticismo los hechos del sábado durante un desfile para conmemorar el 81 aniversario de la Guardia Nacional Bolivariana .

Si bien hay evidencias grabadas del momento en que una fuerte explosión interrumpió el discurso de Maduro, seguida por la reacción de su equipo de seguridad, aún no está claro si se utilizaron varios drones , como reivindicó un desconocido grupo militar disidente autonombrado Movimiento Nacional Soldados en Franelas .

Mediante un comunicado entregado a Patricia Poleo , una agitadora de YouTube con base en Miami y cercana a la oposición derechista—una medida que de inmediato alimentó los argumentos del régimen para denunciar el intento de homicidio—el grupo afirmó que francotiradores del ejército que vigilaban el desfile destruyeron los drones cargados de explosivos, pero advirtió que su próxima acción tendrá éxito.

El año pasado, entre letales protestas casi diarias, el policía Óscar Pérez sobrevoló con un helicóptero robado la capital y lanzó granadas de mano contra varios edificios gubernamentales.

Pérez y varios compañeros murieron más tarde en un tiroteo con las autoridades, tras pasar seis meses prófugos.

En esta ocasión, el secretario general de Naciones Unidas , António Guterrez , rechazó “cualquier acto de violencia” en Venezuela y una vez más convocó a todos los actores a “hacer todos los esfuerzos para buscar un consenso con el fin de responder a los muchos desafíos del país, respetando los derechos humanos de todos los venezolanos y dentro del marco del Estado de derecho”.

En contraste, el gobierno saliente en México del presidente Enrique Peña Nieto , el principal promotor de la línea dura hacia Caracas en la Organización de Estados Americanos ( OEA ) con Estados Unidos y Colombia en los últimos años, permaneció en silencio.

La relación bilateral está virtualmente congelada, después de que México y sus aliados del Grupo de Lima no reconocieron la victoria de Maduro en los comicios del 20 de mayo de 2018 .

Preocupación de los opositores

Inevitablemente, los opositores expresaron su preocupación por la represión del gobierno empleando como pretexto los acontecimientos del fin de semana, que dejaron siete soldados heridos.

El dirigente de la Asamblea Nacional Constituyente , Diosdado Cabello , afirmó que el ataque abortado “traspasa cualquier frontera de la racionalidad” y exigió “justicia para que haya paz.”

Maduro también culpó al presidente colombiano , Juan Manuel Santos , cuyo segundo periodo de cuatro años terminó el martes, mientras que John Bolton , asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca , aseguró que “no hubo participación de EU”.

Sin embargo, la revolución bolivariana ha estado en la mira de Washington desde que la Marina estadounidense cooperó con los golpistas que derrocaron brevemente a Chávez en 2002.

El ex secretario de Estado , Rex Tillerson , coincidió hace poco en promover un “cambio de régimen” con su colega argentino , Jorge Faurie , en una conferencia de prensa.

A su vez, el presidente de EU , Donald Trump , ocupó los titulares luego de que diplomáticos latinoamericanos filtraron a la prensa su amenaza de intervenir en Caracas.

El martes, el periodista peruano Jaime Bayly reveló que estuvo en una reunión previa en Miami con los autores del atentado y confirmó que se usaron dos drones disimulados como cámaras de la televisión estatal, aunque los artefactos perdieron la señal de control remoto—probablemente debido a contramedidas electrónicas —cuando se acercaron a Maduro, su esposa Cilia Flores y su comitiva.

De cualquier forma, por la caída de los precios del petróleo y la incompetente política oficial , Venezuela está al borde de convertirse en un estado fracasado.

La situación ha empeorado por las sanciones que le impiden acceder a los mercados de capital de EU.

Varias órdenes ejecutivas fueron promulgadas por Trump en los últimos meses, incluyendo una para liquidar al petro , la moneda digital concebida con ayuda rusa para efectuar transacciones petroleras.

El ataque contra Maduro se produjo tres días después de que anunció una nueva estrategia para la distribución de gasolina , que se efectuó en medio de un apagón que dejó a Caracas a oscuras durante horas.

Aunque el país tiene la mayor reserva petrolera del mundo , calculada en más de 300 mil millones de barriles de crudo—Venezuela tiene además otros 513 mil millones de barriles en las arenas bituminosas de la Faja del Orinoco —gran parte del combustible debe importarse porque la industria petrolera se tambalea.

Esta semana, la Asamblea Nacional bajo control opositor, el cuerpo legislativo unicameral sustituido por el nuevo Parlamento en 2017, reportó una inflación de 125% en julio y agregó que cada 26 días los precios se duplican.

Venezuela debe esperar que este año la inflación llegue a 1000,000% , según el Fondo Monetario Internacional .

En un esfuerzo para fortalecer la lucha contra la reelección de Maduro, la oposición creó en marzo el Frente Amplio Venezuela Libre , una alianza integrada por partidos moderados y conservadores, organismos no gubernamentales, sindicatos y representantes de la Iglesia Católica y de la sociedad civil, tratando de atraer la atención internacional hacia la crisis que sufre el país.

La nueva plataforma fue presentada por la Mesa de Unidad Democrática ( MUD ), que boicoteó los comicios.

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