Los recientes choques militares entre Armenia y Azerbaiyán han alarmado a la comunidad internacional sobre el riesgo de otra guerra en el Cáucaso, esta vez involucrando rutas energéticas y comerciales clave.

El 12 de julio, según versiones encontradas, fuerzas azeríes y armenias lanzaron varios asaltos sobre sus posiciones fronterizas en el distrito armenio de Tavush y el azerí de Tovuz. Los combates incluyeron el uso de artillería y por primera vez, de drones para ataques de precisión y reconocimiento.

El peligro de una escalada quedó de manifiesto el 16 de julio, cuando el gobierno azerí amenazó a su vecino con un ataque de misiles contra la planta de energía nuclear de Metsamor . La instalación se ubica a sólo 36 kilómetros de Ereván , la capital, y proporciona casi la mitad de la electricidad de Armenia al generar 408 MW.

Sin embargo, la embajada de Azerbaiyán en la Ciudad de México señaló a que una amenaza similar fue hecha por Armenia contra la presa de Mingachevir , la mayor hidroeléctrica del Cáucaso meridional, poniendo en peligro las vidas de cientos de miles de personas. Esta acusación fue a su vez rechazada por la embajada armenia.

Las escaramuzas continuaron los siguientes días hasta el 21 de julio, dejando 16 muertos en ambos lados, entre ellos un mayor general y un coronel del ejército azerí. Rusia, la Unión Europea y Estados Unidos llamaron por separado a un cese al fuego inmediato y la reanudación de negociaciones de paz.

Se trató del peor estallido de hostilidades desde 2016, cuando se registraron varias víctimas en la llamada “ guerra de los Cuatro Días ”. Entonces, fuerzas azeríes atacaron a lo largo de la Línea de Contacto establecida en 1994, provocando enfrentamientos a gran escala con el ejército de la región separatista pro armenia de Nagorno Karabaj, afirmaron las autoridades armenias. Una tregua fue alcanzada en Moscú el 5 de abril de 2016.

Azerbaiyán y Armenia libraron la primera guerra en la antigua Unión Soviética en 1988, después de que la mayoría armenia de la región autónoma azerí de Nagorno (Alto) Karabaj declaró su intención de romper con Azerbaiyán. En un referéndum desconocido por el gobierno de Bakú efectuado el 10 de diciembre de 1991, días antes del colapso soviético, la población votó a favor de la independencia.

La guerra causó cerca de 30,000 muertes; miles fueron desplazados dentro de su territorio. El Acuerdo de Cese al Fuego , que entró en efecto en mayo de 1994, concluyó formalmente los combates, aunque hay enfrentamientos esporádicos.

Una República de Artsaj fue proclamada en Nagorno Karabaj en 1991, pero el territorio es reconocido internacionalmente como parte de Azerbaiyán por Naciones Unidas, incluyendo a México.

Desde 1994, el Grupo de Minsk de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), presidido por Francia, Estados Unidos y Rusia, ha encabezado los esfuerzos para una solución pacífica.

Respecto a la lucha en Tavush a principios de mes, la embajada armenia indicó a este diario que luego de la guerra de los Cuatro Días en 2016 Ereván y Bakú acordaron establecer mecanismos de investigación del cese al fuego como resultado de la mediación rusa. No obstante, recalcó, los mismos fueron rechazados posteriormente por Azerbaiyán .

La sede diplomática hizo notar que el presidente azerí, Ilham Aliyev, recientemente aseguró que “no veía sentido en seguir las negociaciones para lograr la solución pacífica del conflicto de Nagorno Karabaj”. Aliyev regresó “a la retórica ultra militar contra Armenia , declarando que todo su territorio, así como Ereván, son la patria histórica de Azerbaiyán”, añadió.

Paz y seguridad

Por su parte, la embajada de Azerbaiyán destacó que “la mayor amenaza para la paz y la seguridad en la región es la ocupación de 20% del territorio soberano de Azerbaiyán por Armenia, la región de Nagorno Karabaj y siete distritos adyacentes”.

La embajada acusó a Armenia por la limpieza étnica de 800,000 azeríes en los territorios ocupados; subrayó que cuatro resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, igual que otros documentos de organismos internacionales como la OSCE y el Consejo Europeo, exigen la liberación inmediata de todos los territorios ocupados en Azerbaiyán y el regreso de los desplazados a sus hogares.

Durante el enfrentamiento en Tavush / Tovuz un papel primordial fue asumido por Turquía en respaldo de Bakú. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, dijo que la “ofensiva deliberada” de Ereván fue “un asunto más allá del calibre de Armenia”. Su objetivo, argumentó, fue bloquear los esfuerzos de solución en Nagorno Karabaj y “crear nuevas zonas de conflicto”.

Luego de pláticas en Ankara con el viceministro de Defensa de Azerbaiyán, Ramiz Tahirov, el ministro de Defensa turco, Hulusi Akar, advirtió que los armenios “se hundirán en la estratagema que comenzaron y definitivamente pagarán por sus acciones”.

“El dolor de los turcos azerbaiyanos es nuestro dolor”, enfatizó Akar. “La sangre de nuestros hermanos azerbaiyanos no quedará sin venganza”.

La embajada de Turquía en la Ciudad de México fue consultada sobre este tema por , así como el riesgo de una escalada debido a la oferta de armas de Ankara para Bakú.

En su respuesta, la representación diplomática recalcó que “Turquía condena enérgicamente la reciente agresión militar de Armenia contra Azerbaiyán, que fue una descarada violación de la legalidad internacional. Para evitar cualquier escalada, todos los actores responsables de la comunidad internacional deben llamar a Armenia a que desista de nuevas hostilidades contra Azerbaiyán”.

Turquía “apoya totalmente la integridad territorial de Azerbaiyán y está lista para aportar la ayuda que sea necesaria. Turquía seguirá defendiendo la legalidad internacional, enfrentará a los beligerantes, se esforzará por terminar los conflictos de manera pacífica y promoverá la estabilidad y la prosperidad compartida en nuestra región”, agregó.

Reportes de medios regionales e internacionales resaltaron que el conflicto estalló en medio de la pandemia de coronavirus, desempleo creciente y dificultades económicas que afectan a Armenia y Azerbaiyán.

En el caso de Turquía, observaron la conveniencia para Erdogan de promover el nacionalismo étnico en una región vinculada históricamente a Ankara como parte del antiguo Imperio Otomano . Otros analistas consideraron que Turquía podría presionar así a Rusia en los conflictos de Libia y Siria, donde Erdogan es antagonista del Kremlin.

Un nuevo factor relevante, sin embargo, es la compleja red de intereses que rodea a las rutas energéticas y comerciales entre Asia Central, el Cáucaso meridional y Europa.

El oleoducto Bakú-Tiflis-Ceyhan y el ferrocarril Bakú-Tiflis-Kars unen a Azerbaiyán, Georgia y Turquía (apodadas el Corredor Medio ) que conecta a Europa con Asia Central y China sin cruzar Rusia e Irán. Ambos corren a través de territorio azerí (Tovuz), a unos 20 kilómetros de la frontera armenia.

Bajo presión de Estados Unidos, reportó , Turquía se ha movilizado para reducir su dependencia energética de Rusia e Irán, mientras que Azerbaiyán por primera vez rebasó a Moscú este año en el suministro de gas a Turquía. El Oleoducto del Cáucaso Sur azerí también corre cerca de Tovuz, llevando gas natural para el Gasoducto Trans-Anatolia en Turquía, un elemento principal de los esfuerzos turcos y europeos para disminuir sus importaciones de Rusia.

Completado en 2019, el Gasoducto Trans-Anatolia tiene capacidad anual de 16,000 millones de metros cúbicos de gas natural azerí para Turquía y de ahí para el sur europeo, a través del Gasoducto Trans-Adriático en construcción.

Sumando a lo anterior los 7,700 millones de metros cúbicos de gas iraní y la capacidad similar del Oleoducto del Cáucaso Sur , las tres vías no rusas que atraviesan las inmediaciones de Tavush, Armenia, podrían cubrir casi 50% de la demanda turca y 15% de la europea, estimó el portal informativo.

Detalló que la firma rusa Gazprom posiblemente se mantendrá como el proveedor primario de gas a Turquía en el futuro cercano. Aún así, Ankara se halla en una posición más fuerte para negociar con miras al acuerdo bilateral que expirará en 2021, gracias al mejoramiento de la cooperación con Bakú y la amenaza estadounidense de sanciones energéticas.

Al hablar en una teleconferencia organizada por el grupo de análisis estadounidense Caspian Policy Center el 18 de julio, Elshad Nassirov, vicepresidente de la empresa estatal azerí SOCAR, convocó a Occidente a ayudar a proteger las exportaciones de petróleo y gas mediante el Corredor Medio, informó .

El Corredor Medio es 2,000 kilómetros más corto que el Corredor Norte (China-Siberia-Rusia) contemplado por la Iniciativa del Cinturón y la Carretera de Beijing, además de requerir la tercera parte del tiempo que la ruta marítima entre China y Europa.

“Me gustaría usar esta oportunidad para invitar a nuestros colegas en Washington y otros lugares a reflexionar sobre la fragilidad de la región y cómo puede darse seguridad física y militar al corredor, que proporciona seguridad energética a Europa”, indicó Nassirov.

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