La presidenta de la Comisión de Debates del INE, , señaló que la organización del primer debate presidencial fue impecable, pero las fallas técnicas que ocurrieron se deben revisar para evitar eventualidades en los ejercicios subsecuentes. Además, dijo, se deberá analizar si la empresa productora tendrá algún tipo de penalización o responsabilidad.

En entrevista con EL UNIVERSAL, señaló que las críticas al primer formato por parte de los candidatos presidenciales pudieron surgir de una mala comprensión del mismo y recordó el papel de la moderación activa.

Señaló que hubo errores técnicos, como el desfase en el cronómetro, pero afirmó que se corrigieron a fin de no afectar el tiempo de los candidatos.

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Sobre posibles penalizaciones a la empresa Full Circle Media, que está a cargo de la producción, dijo que “habría que revisar claramente en los anexos técnicos y las bases de licitación para ver, de ser el caso, cuáles son las penalidades o cuáles son los temas a los que tendría que hacer frente la propia casa productora”.

“Es una sede inmejorable, el foro estuvo a la altura de un debate presidencial. Me parece que la organización fue impecable y, por supuesto, de todos los temas se aprende. Temas particularmente de producción que se estuvieron ensayando por la casa productora a la que adjudicó el INE ese contrato”, afirmó.

“En estas dos eventualidades que se detectaron, una relacionada con la operación de los relojes y otra con una composición que se hizo en los cronómetros para la bolsa de tiempo que las podían ver en el set”, detalló.

Precisó que los candidatos hablaron 25 minutos, aunque hubo una diferencia de hasta cinco segundos entre ellos.

La candidata de Sigamos Haciendo Historia, Claudia Sheinbaum, habló durante 25 minutos y ocho segundos; Jorge Álvarez Máynez de MC, 25 minutos y cuatro segundos y Xóchitl Gálvez, de Fuerza y Corazón por México, 25 minutos y tres segundos.

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Respecto a los formatos, consideró que pudo existir desinformación o mala comprensión del mismo, así como de las atribuciones de la moderación activa que estableció el INE en los lineamientos para los debates desde noviembre pasado.

“Los tres formatos son distintos. Que haya críticas a un primer formato, pues es un formato que ya se extinguió, que ya se acabó, era para este primer debate”, expresó Humphrey.

“Justamente señalábamos que la moderación activa, y así lo definimos, que quienes llevan la conducción del debate pueden interactuar en forma directa hacer preguntas personalizadas e improvisadas a las candidaturas; comentar y contrastar las respuestas con hechos o datos en las intervenciones; modificar la duración y el orden de participación, incluso requerir directamente a la persona participante que conteste determinada pregunta o alusión. Ello, con el objetivo de dar más dinamismo al debate, facilitar el diálogo sin que las personas moderadoras sean la o el actor principal”.

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