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José Antonio Meade Kuribreña grita a los cuatro vientos que no es un priísta, simplemente un simpatizante arropado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que ayer mostró parte de su músculo para armarle un cierre de precampaña.

Fue el músculo mexiquense el que se notó. El conocido y no oficial Grupo Atlacomulco. El gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo Maza, hijo del ex mandatario Alfredo del Mazo González y nieto del también ex gobernador Alfredo del Mazo Vélez, se encargó de abrir el evento. Presentes, los ex gobernadores Emilio Chuayffet, Arturo Montiel, César Camacho Quiroz y Eruviel Ávila celebraron a su precandidato presidencial, al “no priísta”. Arropado por la clase política del Estado de México.

La cita fue en la explanada de la presidencia municipal de Tlalnepantla de Baz, en donde gobierna la priísta Denisse Ugalde Alegría y la cual se comenzó a llenar desde las siete de la mañana.

A bordo de los autobuses foráneos, la militancia priísta abarrotó el lugar en donde hasta los fuegos pirotécnicos retumbaron. Una enorme carpa cubrió el escenario y fue adornada con mantas que consignaron la frase viralizada: “Yo mero”. Mantas, globos de plástico, gorras con la leyenda “Yo Mero”, playeras de apoyo a Meade y hasta jerseys con el número 18 en la espalda y Los Chepes en el pecho, en alusión al precandidato.

Una cantante vernácula entretuvo a los asistentes, seguida de un imitador del desaparecido Juan Gabriel y un animador regordete bailando y haciendo gritar a los asistentes.

Comenzó el desfile político. Los secretarios de Agricultura, José Calzada; del Trabajo, Roberto Campa; de Economía, Ildefonso Guajardo; de Energía, Pedro Joaquín Coldwell; de Medio Ambiente, Rafael Pacchiano; de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza; de Hacienda, José Antonio González Anaya; el director del Infonavit, David Penchyna, y el vocero de la Presidencia de la República, Eduardo Sánchez. Los gobernadores de Hidalgo, Omar Fayad, y de Campeche, Alejandro Moreno Cárdenas.

Fueron 20 minutos de discurso, al menos unos ocho más de lo acostumbrado por el precandidato. Se dieron 15 interrupciones para ovacionarlo y advertir que los priístas van: “Fuerte y con todo”.

Así fue el cierre de Meade Kuribreña, en corazón priísta, previo al 1 de julio en que se espera la madre de todas las batallas.

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