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Por el voto unánime de los 352 consejeros nacionales perredista, Manuel Granados Covarrubias, cercano al jefe de gobierno capitalino Miguel Ángel Mancera, asumió ayer la presidencia del PRD para encabezar los trabajos de las elecciones de 2018.

Tras un acuerdo previo entre corrientes y una cerrada negociación, Ángel Ávila Romero, integrante de Nueva Izquierda, también fue electo y tomó protesta como secretario general por el mismo periodo.

Las tribus Alternativa Democrática Nacional (ADN), liderada por Héctor Bautista, y Vanguardia Progresista, coordinada por Héctor Serrano, llegaron ayer a las mesas de negociación con el perfil de Manuel Granados, a propuesta del jefe de Gobierno capitalino. Estos fueron respaldados por otras expresiones como Izquierda Democrática Nacional (IDN).

Tras horas de negociación, dichas tribus se impusieron a la propuesta que tenían el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles; los dirigentes de Nueva Izquierda, Jesús Zambrano y Jesús Ortega; los dirigentes de Iniciativa Galileos, Guadalupe Acosta Naranjo (diputado federal) y Jorge Martínez; así como el dirigente de Foro Nuevo Sol, Pascual Sígala.

El acuerdo se cerró entre las corrientes y el Consejo Nacional electivo votó por unanimidad a favor de la única fórmula registrada: en la presidencia Miguel Granados, quien ayer renunció a su cargo de consejero jurídico y de servicios legales de la Ciudad de México, así como por Ángel Ávila secretario general del PRD.

En su primer mensaje como presidente nacional y ante la cúpula perredista, Granados Covarrubias agradeció a Miguel Ángel Mancera y enfatizó que el jefe de Gobierno capitalino dejó sus aspiraciones personales por el futuro de México.

“Un hombre congruente con la democracia, que pone el acuerdo por encima de aspiraciones personales, que propuso el cuarto polo mi reconocimiento al jefe de gobierno Miguel Ángel Mancera, porque ha sobrepuesto el futuro de México por encima de sus aspiraciones”, indicó.

El nuevo presidente del PRD llamó a fortalecer el trabajo territorial y convocó a crear un frente único para reconciliar a la militancia en cada distrito, municipio, delegación. “Que nadie quede fuera y nadie quede excluido”, expresó.

Aseveró que es momento de replantear la política de seguridad y crimen, ya que una amnistía no es la solución, y “desde ahora decimos no al narcoestado”.

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