En las faldas de los volcanes Iztaccíhuatl y Popocatépetl encontrarás un vivero para ir a cortar tu propio arbolito: es el Bosque de los Árboles de Navidad, en el pueblo de Amecameca.

Hay más de 450 mil pinos a elegir. Si piensas que lastimas el bosque por cortar uno, estás equivocado: la actividad es 100% sustentable, ya que se conserva parte de su tronco para generar otro ejemplar.

A escasos kilómetros, podrás visitar Hacienda Panoaya, donde vivió Sor Juana Inés de la Cruz. Hay un laberinto de cedros. Si no logras salir, solo grita ¡me doy! y un guía te rescatará. También encontrarás tirolesas, un aviario, lanchas con pedales y un taller de quesos artesanales.

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