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Este 21 de junio ocurrirá el Solsticio de verano 2019. Es decir, ese será el día más largo del año y el inicio oficial del verano, de acuerdo con la astronomía.
Aunque para muchos de nosotros la llegada del verano es sinónimo de descanso, viajes y diversión, hay sitios donde evento astronómico adquiere un significado más profundo o se relaciona con rituales ancestrales.
A continuación, te mostramos algunas celebraciones alrededor del solsticio de verano.
¿Cuál es la diferencia entre solsticio y equinoccio?
Antes de hablar sobre las celebraciones, tal vez quieras conocer bien la diferencia entre estos dos términos.
Cada año hay dos solsticios (junio y diciembre) y dos equinoccios (marzo y septiembre). Son un resultado de la rotación de nuestro planeta y su inclinación con respecto al Sol.
Cuando el Hemisferio Norte se encuentra más cerca del astro, en esa región del planeta ocurre el solsticio de verano; funciona de la misma manera cuando el Hemisferio Sur se “acerca” al Sol.
Durante un equinoccio, el Sol está a la misma altura del Ecuador. Por esta razón, el día y la noche dura casi lo mismo.
Stonehenge es un monumento prehistórico que se distingue por sus círculos concéntricos formados con bloques de piedra. No se sabe exactamente qué civilización lo creó ni para qué; existe aproximadamente desde el año 2500 a.C. La certeza que sí existe es que durante los solsticios de verano e invierno, al amanecer y al atardecer el Sol se alinea con el conjunto megalítico. En ese momento, el Patrimonio de la Humanidad luce más atractivo que nunca, y solo en esas fechas se permite que la gente se acerque a las rocas.
Además de los viajeros, hay un grupo que visita Stonehenge en el solsticio de verano: los druidas. Es un movimiento religioso moderno, cuyas creencias se basan en el mundo natural; su nombre hace referencia a los sacerdotes de la cultura celta. Los actuales druidas ven al evento astronómico como un tiempo de muerte y resurgimiento, explica el diario The Sun.
Como rituales, esos días se les puede ver reuniendo en el suelo los objetos que han estado “arrastrando” en su vida , cantando oraciones y compartiendo alimentos.
Foto: iStock
En Perú, junio marca la llegada del solsticio de invierno. Antes de la llegada de los españoles, el Imperio Inca celebraba el Inti Raymi, una gran fiesta dedicada al dios Sol, en la cual se bailaba y se hacían ofrendas. Hoy en día, como reminiscencia de aquel evento, se lleva a cabo una representación teatral. En ella participan alrededor de 750 artistas caracterizados. La sede es la zona arqueológica de Sacsayhuamán, ubicada en la ciudad de Cusco.
El personaje principal es el Emperador Inca, quien entra a la plaza cargado por ocho vasallos, vistiendo su traje más colorido y sus joyas más valiosas para recibir el mensaje del dios Sol. Después, llama a los gobernantes de los cuatro suyos (las regiones en las que se dividía el imperio) para que informen de la situación de sus pueblos. A su vez, cada uno de ellos le ofrenda frutos de sus tierras.
Se cree que en el ritual original, la celebración duraba nueve días e incluía sacrificios de llamas para ofrecer su sangre a la Pachamama (Madre Tierra).
Foto: iStock
Chichén Itzá,
El Castillo, el edificio más emblemático de la zona arqueológica, fue construido con base en el solsticio de verano. No se ha investigado mucho al respecto, pero el astrónomo yucateco Eddie Salazar ha comprobado un evento conocido como la “bisección”. En la llegada del verano, cuando el Sol sale ilumina completamente los costados norte y este de la pirámide, mientras los lados sur y oeste quedan en penumbra, de manera simétrica. El Sol se levanta precisamente en el punto de intersección de las dos caras que se iluminan.
La mala noticia es que la zona arqueológica no está abierta cuando el fenómeno ocurre. Lo que sí puedes ver es la “bisección” del solsticio de invierno: las caras sur y oeste son las que reciben la luz del Sol.
Foto: iStock
Midsommar es una de las fiestas más importantes del año para esta nación. Se lleva a cabo en un viernes entre el 19 y 25 de junio. Amigos y familiares se reúnen en las zonas rurales del país para convivir, bailar y comer; cada celebración ocurre alrededor de un poste de madera decorado con vegetación.
Esta tradición se remonta, por lo menos, al siglo XVI, cuando la gente decoraba sus casas con follaje y ya danzaba alrededor de un poste.
En las zonas cercanas al Círculo Polar Ártico, como Suecia, hay un fenómeno conocido como Sol de medianoche: en verano, la luz del Sol permanece casi las 24 horas del día. Por esta razón, la noche del solsticio se considera mágica. Existen varios rituales para la ocasión: por ejemplo, las chicas deben recoger siete tipos de flores antes de llegar a su casa y colocarlas debajo de su almohada, para que su futuro esposo se les aparezca en sueños.
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Al final del día más largo del año, se encienden fogatas en las cimas de las montañas. Es una tradición que data de la Edad Media. Actualmente, hay muchas asociaciones de escaladores que organizan la excursión. Quienes no tienen la condición física necesaria, disfrutan las luces brillantes desde la distancia.