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Las derrotas suelen dejar cicatrices, pero también forjan carácter. Rodolfo Rotondi lo sabe. La final perdida contra América en el Clausura 2024 y la semifinal del Apertura 2024, donde volvieron a caer ante las Águilas, fueron momentos que marcaron su carrera, pero se ha levantado y está consciente de que la deuda con Cruz Azul se pagará con llegar a la meta: Ganar la Liga.
“Me ha tocado vivir esas situaciones, creo que la que más me dolió fue la semifinal, porque veníamos de la final con una jugada polémica y me volvió a tocar estar de nuevo en ojo de la tormenta… pero vino el premio que fue el campeonato de Concachampions y eso fue algo increíble”, dijo el argentino.
El dolor de aquella eliminación no tardó en transformarse en alivio al ganar la Copa de Campeones de la Concacaf. Para Rotondi, aquella noche fue el premio a tanto esfuerzo. “Sentí un desahogo muy grande, porque no se daba el título, nos quedábamos cerca”.
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El sentimiento que lo sacudió en Concacaf lo quiere repetir en la Liga MX, el trofeo que La Máquina desea. “Es un sueño, es algo que anhelo, que visualizo y espero que en algún momento se pueda hacer realidad”, confesó con ilusión.
La camiseta de Cruz Azul pesa, y él lo sabe. No se trata sólo de competir, sino de responder a la exigencia. “Sabemos lo que genera la institución, la exigencia que tenemos, es lo que te hace querer ser mejor cada día y llegar a la meta”, aseguró.
A lo largo de este proceso, Rotondi encontró en el cariño de la afición un motor constante. Se siente identificado, cobijado y convencido de que su lugar está en La Noria. “No me imagino en otro lado, ojalá, lo único que me imagino es poder seguir consiguiendo títulos, ganar la décima”, sentenció.
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La décima no es una meta cualquiera. Es la obsesión que respira la institución y que los jugadores sienten como un deber sagrado. Rotondi lo sabe y no rehúye a ese reto, al contrario, lo abraza como una oportunidad para escribir su nombre en la historia celeste.
De la tristeza de una semifinal perdida al júbilo de un título internacional, Rotondi entendió que Cruz Azul es una montaña rusa de emociones. Hoy, en calma y con la mente clara, solo piensa en lo que falta... la Liga MX, la copa que cerraría el círculo y le daría el desahogo definitivo.
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