Veracruz no da respuestas acerca de la destrucción de escultura de Rómulo Rozo

Veracruz no da respuestas acerca de la destrucción de escultura de Rómulo Rozo

Ni las notas de prensa en torno de la destrucción de la escultura de Rómulo Rozo ni las críticas en redes sociales y menos aún la protesta de intelectuales y artistas colombianos generaron la más mínima respuesta de parte del gobierno de la ciudad de Veracruz. Aunque se solicitó una explicación acerca del daño de la obra, no hubo comentario alguno. Nos cuentan que en los trabajos que se hicieron al Parque Zaragoza en el puerto veracruzano, se arrasó con el relieve artístico que data de los años 60 y que sus fragmentos quedaron mezclados con los de las banquetas. Nadie en el gobierno de Veracruz tomó en cuenta su importancia histórica —conmemoraba a los héroes de la Reforma—, tampoco nadie hizo nada por saber quién fue Rómulo Rozo, uno de los más grandes escultores de ese país sudamericano, que buena parte de su obra la creó en México. El problema, comentan algunos, es que esta destrucción de esculturas por parte de varios gobiernos de la ciudad de Veracruz es algo que se está convirtiendo en costumbre.

Fabricación de culpables, ¿tema de escritores?

Con el foro “Fabricación de culpables en México”, que entre hoy y mañana se realiza en la Cámara de Diputados se confirma una de las máximas literarias: “La realidad supera a la ficción”. Ocurre que los legisladores optaron por invitar a este encuentro que habla “de la detención arbitraria hasta las violaciones de derechos humanos en la ejecución de la pena”, a escritores, artistas, periodistas y activistas más que a abogados y especialistas académicos; ¿o será que no sólo hay una crisis de seguridad en México, también una crisis de expertos? La cosa es que entre los ponentes están: Jorge Volpi, autor de Una novela criminal, ficción sobre el caso Cassez-Vallarta; Emmanuelle Steels, autora de El teatro del engaño, sobre el caso Florence Cassez; y José Reveles autor de El affaire Cassez. Claro, también participarán la abogada española Almudena Bernabéu y el padre Alejandro Solalinde. Puestas así las cosas, como dice otra máxima de la televisión: ¿Y ahora quién podrá defendernos?