Puede que la doctora María Elena Álvarez-Buylla, directora del Conacyt, no recuerde sus dichos, pero las redes sociales se encargan de ayudarle. Nos cuentan que en medio del debate en torno de la extinción de los fideicomisos que ella con tanta firmeza ha defendido en días recientes con frases como: "En Conacyt estamos de acuerdo con su extinción", "No faltarán recursos para la ciencia" y "Cuando se crearon los fideicomisos fueron denunciados como fuentes de corrupción, instancias opacas y modos de desviar recursos", otros usuarios de Twitter le refrescan sus propios dichos de mayo pasado: "El Consejo respalda la conservación y protección de los fondos fiduciarios de sus 26 Centros Públicos de Investigación, indispensables para su operación y para el impulso de la soberanía científica y tecnológica de México". ¡Qué pronto cambió de opinión la directora! Si en mayo los fideicomisos eran "indispensables" para que operaran los Centros, ¿qué habrá pasado en estos meses para que ya no sean indispensables y sí prescindibles?

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Al patrimonio cultural le llueve sobre mojado en la Península de Yucatán

En las últimas horas el huracán “Delta” pegó en la Península de Yucatán, por ello se tomaron las medidas para resguardar a la población de esa región. Este fenómeno natural abrió la discusión en torno a la necesidad de no desaparecer uno de los 109 fideicomisos, el Fondo Nacional de Desastres Naturales (Fonden) y, en materia de patrimonio cultural, pone sobre la mesa que tras los sismos de 2017 los seguros encarecieron a niveles impagables. Si desaparecen este fondo, el patrimonio también quedaría vulnerable. Las zonas arqueológicas de Chichén Itzá y Ek Balam, Mayapán, Dzibilchaltún y Uxmal, en Yucatán; y Tulum, Cobá, Muyil y San Gervasio, en Quintana Roo, no podrán abrir hasta que haya condiciones.

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Más iniciativas a favor del libro

Las cosas siguen mal económicamente para los actores de la cadena del libro, a pesar de las iniciativas colectivas, del trabajo conjunto, de la solidaridad y campañas en busca de apoyo de los lectores que han surgido a partir del confinamiento, de las iniciativas de las librerías independientes de barrio, de que las editoriales independientes han solicitado que desde el Estado haya un interlocutor para las políticas públicas de fomento para el libro y la lectura, sin encontrar hasta ahora respuesta; la gravedad sigue, y las historias se suman. Es el caso de la librería Casa Tomada, que ha emprendido una campaña de Prepago donde invita a sus lectores y amigos a comprar un descuento del 20% para el futuro, en talleres y libros, y ese es justo el tema que se analiza desde ayer y hasta el viernes en el foro “Estrategias para recuperar la cadena valor de valor del libro”, que impulsa la UNAM. A ver si las autoridades federales no siguen dejando todo a la buena de Dios.

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